EPA
Políticas que crean trabajo
El principal reto del Gobierno en esta legislatura ha sido superar la recesión, quebrar la dinámica de la destrucción de puestos de trabajo y lograr una creación de empleo sostenida. Se trataba, en definitiva, de invertir la tendencia nociva heredada de los gobiernos socialistas para que el país estuviera en condiciones de comenzar un ciclo virtuoso de actividad a partir de las reformas estructurales que los socialistas fueron incapaces de desarrollar. El proceso para superar una crisis aplastante como la que sufrió el país y buena parte de las economías de nuestro entorno y para recomponer los equilibrios precisos para dejar atrás los números rojos no ha sido algo automático, ni siquiera rápido. España estaba lastrada por descompensaciones serias en el mercado laboral, el sistema financiero, el sector energético, la función pública, la productividad, la competitividad... que mantenían obturada la circulación de las arterias de la economía. El Gobierno realizó un diagnóstico adecuado y propuso una terapia invasiva y dura que requirió una importante convalecencia, pero que se manifestó correcta y necesaria. Hoy, en la recta final de la legislatura, el panorama es radicalmente distinto. España ha pasado de ser un problema para la economía mundial a liderar el crecimiento de los estados desarrollados. La agencia Fitch señaló ayer mismo que «el crecimiento económico español continúa fortaleciéndose» como consecuencia de la mejora de la confianza, la relajación de las condiciones financieras, el mayor empleo y el aumento del consumo de las familias, que «crean un bucle positivo». En esta coyuntura, hoy se conocerá la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre, que marcará un récord en términos de ocupación con más de medio millón de nuevos empleos, el mayor aumento de la serie histórica. Las cifras se enmarcan en unos índices de crecimiento de la economía española de en torno al 3%, lo que refrenda ese escenario de «bucle positivo» y ciclo virtuoso. El Gobierno se carga así de razones frente a una izquierda rácana y tremendista que cuestiona incluso las políticas que producen estos resultados en un ejercicio de ceguera y ruindad notable. El país, superados los desequilibrios no sin grandes sacrificios, está en condiciones de recoger los frutos y mantener una intensa creación de puestos de trabajo, que sólo será posible si se preservan la gobernabilidad y la estabilidad políticas, el pulso reformista y las recetas económicas presentes. Hoy, el presidente del Gobierno hará balance de sus políticas laborales en las «Jornadas sobre Políticas para el Fomento del Empleo», que organiza LA RAZÓN, y en las que participará un amplio panel de expertos. Será la ocasión de expresar de nuevo que España puede y debe ganar la lucha contra el paro, una batalla que sólo podemos perder si nos desviamos de la ruta marcada.
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