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Promesa cumplida

Nada más llegar a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy prometió que cuando terminara la legislatura el número de parados sería inferior al que habían dejado los socialistas. Pues bien, no es necesario esperar a que expire el plazo fijado para comprobar que Rajoy ha cumplido su promesa ya en este mes de julio. Según los datos publicados ayer, el paro se redujo en 29.841 personas con respecto a junio, y en 278.954 en comparación con julio de 2013. En total, los parados inscritos se elevan a 4,41 millones, frente a los 4,42 millones que había en noviembre de 2011, cuando el PP ganó las elecciones generales. No se trata, además, de un dato aislado o coyuntural, ni que se explique exclusivamente por el efecto estacional, sino que es fruto de una tendencia que apunta a un cambio estructural como consecuencia de la mejora de la economía. Así lo demuestra el hecho de que el desempleo registrado encadene ya diez meses consecutivos a la baja en términos anuales. Si las nuevas previsiones de crecimiento del PIB, que lo sitúan en el 1,5% para este año y en el 2% para 2015, se cumplen, no es aventurado vaticinar que cuando se convoquen las próximas elecciones generales el número de parados estará por debajo de los cuatro millones. También las cifras de la afiliación a la Seguridad Social contribuyen a esa perspectiva favorable. Si se compara este julio con el mismo mes del año pasado se comprueba que las afiliaciones han aumentado en 320.347 trabajadores, lo que supone la mayor subida registrada en un mes de julio desde el año 2007. También en este capítulo podrá reivindicarse el Gobierno, pues el PSOE dejó la Seguridad Social en caída libre, con 16,9 millones de afiliados, tendencia que el PP ha revertido, ya que está a sólo doscientas mil afiliaciones de superar las cifras de 2011. No obstante la suma de todos estos datos positivos, hará bien el Gobierno de Rajoy en no darse un minuto de respiro, sobre todo para reducir más aceleradamente el desempleo juvenil. Queda por delante mucho camino y es necesario profundizar en las reformas, sobre todo en las que inciden en la dinamización del mercado laboral. Frente a la queja permanente de los sindicalistas, a los que parece escocerles que la reforma laboral empiece a dar sus frutos, y frente a la cerrazón de la oposición socialista, que se resiste a reconocer el cambio de tendencia gracias a la gestión del Gobierno, lo que procede ahora es adoptar medidas nuevas y más audaces para incorporar a los jóvenes, como la de reducir las cotizaciones sociales a los empleadores. Los planes de emprendimiento e iniciativas como la tarifa plana de la Seguridad Social han sido positivos, pero se necesita dar un paso más para rescatar a toda una generación amenazada de quedar excluida del mundo laboral.