Dos años de la victoria del PP

Rajoy toma la iniciativa

Ha sido tan intenso el año y ocho meses que lleva Mariano Rajoy en La Moncloa, que parece haberse cubierto una primera etapa de su Gobierno. Una etapa clave. Los resultados de la economía española han mejorado y todas las constantes indican que caminamos hacia la recuperación. Aunque alejado de cualquier optimismo propagandista, el Gobierno calcula que para 2014 la economía crecerá un 0,5%. Éste ha sido el objetivo de Rajoy, cuya gestión se ha definido por aplicar políticas reformistas en la economía, los servicios públicos y en la educación. El Ejecutivo ha respondido a estos retos, por lo que no se podrá decir que no ha sido un Gobierno, como suele decirse, de perfil político, por lo menos entendiendo como política la gestión eficaz de los asuntos públicos. El Partido Popular no ha acabado con el Estado del Bienestar, ni está entre sus objetivos, como los más oportunistas le achacan, sino que el agotamiento de las prestaciones sociales requería una revisión en profundidad si no se quería provocar su colapso, a pesar de la ceguera de la izquierda incapaz de acometer reformas serias y políticamente costosas. Como no podía ser menos, el Gobierno ha sufrido un desgaste pero, sobre todo, sus objetivos se mantienen claros y Rajoy sigue apostando por esa política reformista. Sin duda, ha sido un año y ocho meses muy intensos.

Mariano Rajoy es el presidente del Gobierno, pero también el presidente del PP. Cuenta con el apoyo mayoritario del partido y su liderazgo es sólido. Pero Rajoy, que es un veterano militante, ahora sólo es un «hombre de partido» en tanto que tiene el compromiso de llevar a cabo un programa político aprobado por el PP y que debe revertir en el bienestar de toda la sociedad. El «caso Bárcenas» ha sido sin duda un factor desestabilizador para el partido, pero el elemento fundamental de cohesión de la militancia y sus dirigentes sigue siendo el cumplimiento del programa.

Las elecciones europeas –siempre propicias para el castigo y la disensión temporal– serán en mayo de 2014 y todo hace pensar que para entonces se corregirá, como anunció Rajoy en Soutomaior el sábado, la política fiscal con una bajada de impuestos; además de recuperar un perfil social que, por otro lado, está en la cultura política del propio partido. En todo caso, el problema del PP es el problema de las estructuras partidistas en un momento en que la capacidad de influir en las decisiones políticas es cada vez más abierta y sobrepasa a la estructura de los partidos. Sin duda, hacen falta voces sólidas, solventes y que tengan la complicidad de la sociedad. Rajoy necesitará el apoyo de su partido en esta segunda etapa de la legislatura en la que el objetivo es alcanzar el crecimiento para salir de la crisis.