Crisis del PSOE
Republicanos oportunistas
Es sintomático que haya desaparecido del debate político de la izquierda el asunto que ha acaparado su actividad de oposición y de propaganda en los últimos tiempos: la crisis económica y sus efectos que, como es lógico, es el tema de mayor preocupación de la sociedad española. La única cuestión que ahora parece ocupar a los dirigentes socialistas y a las diferentes versiones de comunistas, nuevas o viejas, es la de cambiar el régimen político español, la actual Monarquía parlamentaria, por la república. Argumentan que es una demanda de la calle, que siempre es una mala y poco democrática manera de medir la legitimidad que está representada en las Cortes. Se puede entender que desde el izquierdismo más dogmático se plantee un debate tan manipulador como contraponer monarquía a democracia, olvidando que si alguien unió su destino a la defensa del actual régimen de libertades en España ése ha sido Don Juan Carlos, pero que dirigentes del PSOE que se postulan para liderar el partido, y se supone que para gobernar este país, declaren su republicanismo justo en un momento en el que se está produciendo el relevo en la Corona es injustificable e irresponsable. Eduardo Madina, secretario general del Grupo Socialista en el Congreso y aspirante a liderar el partido, escribe en una cuenta de Twitter de apoyo a su candidatura: «Formo parte de un partido republicano. Soy republicano». Sin duda, la decisión de Don Juan Carlos de dejar la jefatura del Estado ha sacado a la luz un republicanismo durmiente dentro del socialismo español, muy ignorante de nuestra historia y de un oportunismo de tan pocas miras que pone en peligro un liderazgo estable dentro del PSOE. Su todavía secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha demostrado tener sentido de Estado, ha entendido que un partido como el suyo, básico en la estabilidad democrática, debe estar comprometido con la Monarquía, pero con planteamientos como el de Madina y otros destacados diputados pueden abrirse todas las incógnitas. La improvisación de este republicanismo es todavía más preocupante porque sólo responde a movimientos tácticos para frenar una vía de votos abierta por su izquierda. Si para frenarla tiene que echar mano de propuestas que satisfagan las ensoñaciones ideológicas de toda suerte de populistas, sólo cabe advertirlos de que éstos son insaciables en sus delirios. Sin ir más lejos, ahí están IU y Cayo Lara, que ayer proclamó la falta de legitimidad del actual Parlamento a raíz de las últimas elecciones europeas, lo que rompe el principio básico de la democracia. Al PSOE sí se puede exigir que lleve a cabo un proceso de elecciones primarias con responsabilidad, teniendo en cuenta que la regeneración democrática y el relevo de sus líderes no deben romper las reglas del juego.
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