Rivera, por coherencia, debe romper con el PSOE

Albert Rivera ha conocido sobre el terreno la dramática realidad venezolana y ha llevado hasta aquel país un mensaje de libertad, de solidaridad con un pueblo martirizado y de respaldo a los demócratas y a los presos políticos de Maduro. El presidente de Ciudadanos, que regresó ayer, ha constatado también los estrechos vínculos de Podemos con el chavismo, sus complicidades, sus sintonías pero, sobre todo, las escalofriantes y catastróficas consecuencias de las políticas populistas y bolivarianas que comparten. Rivera lo ha denunciado en Venezuela y también en España, y su disposición tiene un valor incuestionable. Pero además de ponderar como merecen los méritos de su viaje y de su discurso, a renglón seguido debemos pedir a Albert Rivera coherencia y sensatez. Su censura a Podemos debe ser refrendada con hechos, porque si no, sus palabras sonarían huecas artificiosas, como si fueran puro márketing electoral. Creemos que no es así y que tiene la oportunidad de demostrarlo. Basta con que rectifique y ayude a cambiar el gobierno de ayuntamientos en los que ganó el PP, pero que están gobernados por el PSOE con apoyo de la formación de Iglesias gracias a pactos en los que participó Ciudadanos. Y hay unos cuantos, para comenzar Granada, por ejemplo. Sería incomprensible, pero sobre todo decepcionante, que Albert Rivera no moviera un dedo contra esos acuerdos radicales ahora que sabe lo que sabe del partido morado.