Presidencia del Gobierno
Un año crucial para España y Europa que obligará a pactar
El año que da su primeros pasos va a ser decisivo en muchos aspectos. En la política nacional, Mariano Rajoy, que gobierna en minoría, deberá conseguir cerrar pactos con los partidos constitucionalistas para llevar a cabo las reformas anunciadas –la de Educación es una prioridad–, siguiendo el ejemplo de los acuerdos ya alcanzados en techo de gasto y el aumento del salario mínimo. La aprobación de los Presupuestos, en los que es necesaria la implicación directa del PSOE, será el momento clave. Por ley (artículo 155 de la Constitución), a Rajoy le quedaría todavía la posibilidad de convocar elecciones a mediados de mayo. Un dato a tener en cuenta: todos los partidos políticos nacionales (PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos) afrontan congresos, algunos con tintes dramáticos y otros jugándose su estrategia futura. Nada de lo expuesto anteriormente es ajeno al proceso independentista catalán y sus pretensiones de dar la «batalla final» con un referéndum al margen de la Ley en septiembre. La inestabilidad que puede augurar este escenario habrá que ponerla, además, bajo la sombra de un contexto internacional especialmente alterado y que arrancará el próximo día 20 con la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, y con dos elecciones cruciales: Francia, con las aspiraciones de Marie Le Pen de alcanzar el Elíseo y desmontar el consenso europeo, y Alemania, con la reafirmación de Merkel como gran baluarte de la UE. En este contexto realmente agitado y complejo, la política española ha dado recientemente muestras de una madurez que no deberían convertirse en anecdótica. De entrada, en las pasadas elecciones generales se rompió la tendencia disolvente puesta en marcha en otros países, con el Brexit como bandera, y la sociedad española eligió opciones integradoras y europeístas. El electorado parece premiar esa vía, como podemos ver en un sondeo de NC Report que publicamos hoy. El votante del PP mantendría como líder a Rajoy (6,9), seguido del de Unidos Podemos, que apuesta por Pablo Iglesias (6,4), el de Ciudadanos, por Albert Rivera (6,3), y el del PSOE, que tiene la opción de Susana Díaz (6,1) y Pedro Sánchez (5,7). Estos datos se vuelven a confirman en la fidelidad de voto. El PP, con el 87,7%, es el que mantiene el nivel más alto y marca una distancia, con más de 12 puntos de distancia, de Unidos Podemos (75,9%), que es el partido inmediatamente seguidor. El votante de Ciudadanos volverá a darle su confianza en un 70,1% y el del PSOE es el que mantiene la fidelidad más baja, con el 67%, lo que evidencia la crisis que vive el socialismo español, sin líder ni proyecto claros. De la misma manera, el votante socialista es el más crítico con la posición del partido desde la investidura de Rajoy. Capítulo aparte es la política de alianzas, en la que se vislumbran acuerdos que pueden ser beneficiosos para el conjunto del país. El elector del PP elige a Ciudadanos como aliado preferente (50,7) y también incluye, aunque en menor medida, al PSOE (12,8%). El del PSOE prefiere a Unidos Podemos (54,5%), pero hay un 22,5% que apunta a los populares y un 26,9% al partido naranja, lo que sigue perfilando a los socialistas como una opción centrada. Ciudadanos se inclina por los populares (43,6%), seguido del PSOE (29,4%) y deja en un residual 0,9% a la formación de Pablo Iglesias, que, sintomáticamente, es el partido que rechaza acuerdos con los otros partidos excepto con los socialistas, pero sólo en un 27%. Todo indica que esta legislatura deberá estar dirigida con mucha responsabilidad y sentido de Estado.
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