Barómetro del CIS
Un CIS con «efecto Tezanos»
Una montaña rusa. La intención de voto de los españoles es cambiante. Eso es relativamente normal. Los aciertos y errores de los partidos marcan –cada vez más– la intención de voto de los ciudadanos. Lo que no lo es tanto es que esa supuesta intención de voto suba y baje de manera tan vertiginosa. Y más, tras la jugada del PSOE en las Cortes que aupó –con la inestimable ayuda de radicales e independentistas– a Pedro Sánchez a La Moncloa. Desde aquel «lejano» entonces –poco más de dos meses–, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha sacado a la luz su primera encuesta de opinión de voto de los españoles. Ayer fue presentada una encuesta realizada en los primeros días de julio, justo cuando se cumplía un mes de la llegada del nuevo presidente a La Moncloa. Sorpresas, para los más viejos de los CIS con el PSOE en el Gobierno, pocas. La llegada de Pedro Sánchez al Palacio de la Moncloa –a la vista de lo publicado– dispara al PSOE, que ha subido casi 8 puntos en estimación de voto y se coloca como primera fuerza política con el 29,9 por ciento de los votos y supera al PP en 9,5 puntos. Un ascenso meteórico.
Algo que alegra sobremanera al Partido Socialista y provoca recelos en las demás fuerzas políticas. De ahí que ayer saliera al paso de las chanzas de las fuerzas de la oposición la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra. La socialista asturiana achacó estos resultados al «efecto trabajo», en lugar de al «efecto Moncloa», e insistió en desligar los buenos datos del fichaje del otrora secretario de Estudios y Programas del PSOE, José Félix Tezanos, como nuevo director del CIS. Las casualidades políticas no existen, apuntan desde la oposición. A la vista de la trayectoria de otros CIS, cuando el PSOE está en el Gobierno, cabe pensar que no. Una buena carta de presentación sin duda que llega cuando Pedro Sánchez recibe en Moncloa al nuevo líder del Partido Popular. Un Pablo Casado que no estaba al frente de la formación de centro derecha cuando se realizó un CIS tan ventajoso para el PSOE. Este es sólo uno de los asuntos que rechinan en la encuesta de opinión del Gobierno. Pero no es el único. Al hecho de que cuando se realizó no hubiese un presidente del PP –con lo que eso significa de falta de liderazgo en el primer partido de la oposición–, se ha de sumar el reciente descalabro de las conversaciones «bilaterales» con la Generalitat de Quim Torra. Un encuentro que sólo ha servido para dar alas a los independentistas y reafirmarles en su monodemanda de presos y referéndum.
A ellos se suma la eclosión del grave problema migratorio alumbrado por el Gobierno socialista tras su irresponsable acogida al barco «Aquarius» en Valencia, lo que ha supuesto una avalancha de barcos y cayucos en las costas de Andalucía. Algo que nos ha convertido en primer destino de la inmigración ilegal –por delante de Italia– y ha supuesto un asalto masivo hace escasos días de más de 600 personas en Ceuta. Ayer, el mismo día que se conocía la nueva bajada del paro –que el Gobierno pretende monopolizar pese a que resulta evidente que vive de los réditos–, el Ejecutivo intenta encajar la ralentización de nuestra economía, que ha pasado de crecer un 2,9% interanual en el primer trimestre del año al 2,7% en el segundo, dos décimas menos. Todos estos «acentos» sin duda no estaban en el listado de Tezanos cuando pergeñó un CIS tan triunfal para su partido. A buen seguro que dentro de unos meses el PSOE no tendrá un resultado tan heroico tra sumar crisis migratoria, desafío secesionista catalán, ralentización económica y nuevo liderazgo en el PP. Por lo pronto. los dirigentes socialistas sacan pecho e intentan acomodarse en la cresta de la ola. Eso antes de que la resaca de su debilidad parlamentaria les arrastre a aguas más procelosas.
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