Límites lógicos a «la Justicia universal»

La orden de arresto dictada por un juez de la Audiencia Nacional contra el ex presidente de China Jian Zeming y otros cuatro dirigentes de Pekín es, por desmesurada y quijotesca, el mejor argumento para que el Congreso modificara ayer la ley relativa a la Justicia universal. Pretender que la jurisdicción española vaya por sí sola más allá de sus límites de soberanía es un brindis al sol del que sólo se pueden derivar graves conflictos diplomáticos. La Justicia internacional, como su propio nombre indica, debe administrarse desde los tribunales internacionales.