Los autores españoles copan la cartelera

El teatro es un enfermo con una salud de hierro, aunque los síntomas van cambiando con el paso de las décadas. Si en los últimos años del siglo XX la queja unánime era que no había relevo para los Buero Vallejo y compañía, ahora la cartelera no puede quejarse de grandes dramaturgos. Pero no basta, porque la crisis económica está golpeando con saña a un teatro tanto más necesario hoy cuanto el público busca ver reflejados sus anhelos y esperanzas en la escena. Es necesario que el público, pero también las administraciones, acudan en su apoyo.