Represión en Venezuela

Ni plazos ni opción alguna a Maduro

La propuesta del Gobierno español, aceptada por la mayor parte de los socios europeos, de otorgar un plazo de ocho días al dictador venezolano, Nicolás Maduro, para que convoque elecciones, bajo la amenaza de reconocer al líder de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente encargado de Venezuela, no es sólo un error político, sino que invalida de hecho la propia posición de Bruselas, que ya había reconocido a la Asamblea Nacional como la única institución legítima del país hermano.

No parece que Pedro Sánchez sea consciente de esta contradicción, que, sin duda, va a suponer un nuevo balón de oxígeno para el tirano, en quien se descarga la responsabilidad última de la convocatoria electoral. Se puede reconocer o no a Juan Guaidó como jefe del Gobierno de Venezuela, pero esta decisión no puede venir condicionada por cualquier otra consideración política o institucional. Guaidó es el presidente legítimo, con independencia de lo que haga o deje de hacer el régimen chavista, y su reconocimiento viene dado, precisamente, por el rechazo del conjunto de la Unión Europea al proceso electoral, que fue declarado irregular e ilegítimo, y que mantiene en el poder al dictador caribeño.