Jubilación

...pero su señoría pierde los nervios ante el fiscal

También el juez Castro puso en duda la independencia de los peritos tributarios, a los que descalificó en su último auto de forma inaudita. Ayer volvió a las andadas y el fiscal le preguntó directamente si estaba insinuando que «desde Madrid se habían dado directrices». Castro perdió la compostura y recriminó a Horrach: «¡No ponga en mi boca palabras que no he dicho!» Pese a su acreditada capacidad de trabajo, parece claro que Castro se ha visto sobrepasado por un caso cuyas complejidades técnicas se le escapan.