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Podemos busca votos con los insultos

Hace meses el líder de Podemos, Pablo Iglesias, fue calificado de extremista. De su boca salían un rosario de ataques a la «casta». Luego, a la vista del fracaso que se barruntaba, se moderó. Últimamente, Iglesias ha vuelto a recorrer el camino de la descalificación más montaraz. Si hace unos días era el PP el objetivo de su fina dialéctica política, ayer irrumpió en la política catalana al grito de «gentuza» y «ladrones». Con tales «argumentos» su lugar parece más en una pelea tabernaria que en un Parlamento democrático.