Y volvieron cantando

Ese bien recuperado bipartidismo

El incierto futuro de Sumar amortizada la figura de Yolanda Díaz supone la primera señal de alarma en un PSOE que necesita a estos socios con constantes vitales

La demoscopia comienza a arrojar datos discretamente esperanzadores, de esos que indican que tal vez no todo esté perdido. La política española lleva casi una década bridándonos una sucesión de episodios dignos de sonrojo que, desde la aparición de partidos que supuestamente venían a dignificar la cosa pública, pasando por la más reciente subasta de pilares del estado a mayor gloria de la voracidad independentista, no han colaborado precisamente ni en la dignificación ni en el fortalecimiento del sistema democrático, por no hablar de la cada día más deteriorada imagen de la clase política ante los ciudadanos. Sin embargo, hay motivos para la esperanza, al menos a la hora de constatar que el electorado, ni es una masa dúctil y maleable, ni es ajeno a los eventuales vendedores de brebajes surgidos desde los populismos radicales de izquierda y derecha al albur de una manifiesta crisis de los partidos convencionales y en consecuencia del bipartidismo que alentadoramente parece remitir y que atisba una vuelta a la alternancia en el poder propia de democracias maduras, tal vez libre del chantaje de socios dudosamente recomendables para la gobernabilidad.

El bipartidismo está de vuelta y así lo demuestran de manera casi unánime todos los sondeos sobre intención de voto conocidos en los últimos días y que viene a coincidir, tanto en la notable brecha de casi cuarenta diputados que separa a socialistas y populares en favor de estos últimos, como en la consolidación de los suelos y techos de estas dos formaciones tradicionalmente referentes y en el más que patente hundimiento de sus vecinos de patio ideológico, Sumar y Vox sumidos –sobre todo los primeros– en una verdadera y auténtica crisis de identidad y una sangría de votos reflejada de manera inmisericorde en las recientes y distintas convocatorias electorales. El incierto futuro de Sumar amortizada la figura de Yolanda Díaz –a la que el resto de españoles ya conocen casi tanto como los gallegos– y a la espera de su congreso tal vez de defunción previsto para diciembre, supone la primera señal de alarma en un PSOE que necesita a estos socios con constantes vitales para echar cuentas posteriores con el resto del bloque Frankenstein. El PP por su parte necesitaría a la formación de Abascal para una investidura de Feijóo, pero no tanto para que Vox fuera protagonista en un futuro gobierno. Ergo, bienvenido bipartidismo y no vuelvas a abandonarnos.