
El trípode del miércoles
España, Sánchez, los BRICS y Trump
Sánchez pretende erigirse en virtual adversario de Trump como indiscutible referencia de la «ultraderecha» mundial, presentándose ante él como el líder del «progresismo» global
Como «una nueva Era», desde Ursula von der Leyen hasta Netanyahu, es calificado el tiempo que se abre con la llegada de Trump por segunda vez a la Casa Blanca. «Solo dos géneros» masculino y femenino en EEUU, en un golpe demoledor contra la ideología de género; la salida de la OMS que representa un 22% de su financiación; la salida del acuerdo de París sobre el Clima, etc, encabezan una larga sucesión de órdenes ejecutivas firmadas pocas horas después de haber jurado como 47º presidente de los EEUU y que plasman la realidad de un nuevo tiempo en el escenario geopolítico mundial. Por su parte, Sánchez pretende erigirse en virtual adversario de Trump como indiscutible referencia de la «ultraderecha» mundial, presentándose ante él como el líder del «progresismo» global . De momento, la opinión de Trump sobre él ha quedado de manifiesto trasladando hacia España su respuesta, mediante una pregunta retórica acerca de nuestra eventual pertenencia a los BRICS. Es sabido que «BRICS» es el acróstico que denomina a los cinco primeros países –Brasil, Rusia, India, China y Sudafrica– que encabezan una importante alianza de países considerados económicamente emergentes y que es considerada opuesta a la hegemonía de los EEUU y a la «dolarización» de sistema económico financiero mundial. Siendo China y Rusia los países que la lideran, aparece como un claro rival estadounidense, por lo que la referencia de Trump hacia España aludiendo a una eventual pertenencia a los BRICS sólo puede interpretarse como un sutil mensaje de hostilidad hacia su gobierno, encabezado por Sánchez. Para que quedara clara su intención, añadió que esa pertenencia le obliga a imponerle aranceles del 100 por cien a su comercio además de tener que incrementar fuertemente su financiación a la OTAN, ahora en la cola con un 1,2 por ciento del PIB. Si ya estaba clara la penalización ética, moral, nacional y social que el sanchismo representa para España, ahora hay que añadir el daño económico y reputacional que va a representar el aparecer en la UE y la OTAN como un socio no digno de confianza de Estados Unidos y excluido de la confianza de foros internacionales como el G7 o el G20, entre otros. Y no olvidemos que otro actor internacional como Israel, tiene vacante su embajada en Madrid como prueba de la inexistencia de unas auténticas relaciones bilaterales. EEUU e Israel tan diferentes en superficie, población e historia, conforman una pareja de países cuya voz en Occidente es de obligada escucha e influencia por lo que su inexistente relación con Sánchez provoca un grave daño a España.
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