Parresía

Iguales ante la ley

¿No es la inmigración irregular un problema de Estado que debería solucionarse, de forma solidaria, entre todas las Comunidades?

46 hermosos años cumple ya nuestra Constitución, el texto que nació como consecuencia de un consenso entre partidos de todo el espectro político. Algo rarísimo últimamente aquí y fuera de nuestras fronteras, de tanta polarización ideológica. Claro que todo es mejorable, pero me gusta nuestra Carta Magna porque nos recuerda la importancia del diálogo, del respeto a los derechos fundamentales, la idea de que aquí cabemos todos y de que, teóricamente, todos somos iguales ante la ley y para todos existen las mismas normas básicas de convivencia.

Escribo «teóricamente» porque, como sabemos, las circunstancias de un Gobierno para subsistir pueden, de repente, significar que la ley se retuerza o se modifique en virtud de determinados intereses. Pienso en el independentismo y en todos los órdagos lanzados por sus líderes a este Ejecutivo, sabiendo lo vitales que resultan sus votos.

Ahora los de Puigdemont negocian con el PSOE, a cambio de su voto a los presupuestos, para que el catalán se hable oficialmente en Bruselas y para que Cataluña asuma la competencia en materia migratoria. «¿Sabe usted qué es lo que quiero?». Y ellos responderían: «admitir solo al que quiero», prohibir que migrantes procedentes de Canarias o de otros puntos España accedan a sus dominios.

Si el Gobierno se traga también ese último sapo de Junts, ¿qué se les dirá a los canarios, a los ceutíes, a los melillenses? ¿Acaso no son iguales al resto de los españoles? ¿Por qué no recordamos los principios de la Constitución? ¿No es la inmigración irregular un problema de Estado que debería solucionarse, de forma solidaria, entre todas las Comunidades? ¿Cuesta tanto ayudar a Canarias y acoger, entre todos, a esos hombres, mujeres y niños que llegan cada día a nuestras costas? Por otro lado, resulta vergonzoso que, a nivel nacional, PSOE y PP aún no hayan llegado a un pacto, a un consenso básico para aliviar la crisis migratoria galopante de las islas.

No, no parece que seamos todos tratados con la misma cortesía o atención por nuestros dirigentes. Otro ejemplo lo tenemos hoy mismo en Valencia. ¿Cómo es posible que todavía, en determinados puntos de la zona cero de la dana, sigamos viendo colas para conseguir comida caliente? El 60% de los bajos y garajes siguen cubiertos de lodo, no están funcionando el 100% de los centros educativos. ¿Alguien puede explicarnos por qué no tenemos allí a más efectivos trabajando? Los voluntarios son maravillosos, pero insuficientes. Se necesitan más avances en menos tiempo. La incompetencia regional y estatal que sufrieron los valencianos, hace más de un mes, no debería extenderse en el tiempo.

El próximo lunes, los Reyes acudirán al funeral de los fallecidos por esta tragedia en Valencia. ¿A qué políticos veremos allí? Las víctimas deben ser arropadas, nos representan a todos, iguales ante la ley.