V de viernes

A más IA, más inseguridad

La Inteligencia Artificial no trae mayor protección: el 5G dispara los ciberataques, que serán aún más frecuentes con el 6G

No hay que asustarse, no. Pero conviene estar preparados. A quien escribe le han doblado la tarjeta de crédito tres veces. No soy el único. El problema no ya es sólo la credit-card, sino el conjunto de nuestra identidad digital, con lo que ello supone. El 2023 ha sido un año récord en cyber-ataques. Casi tres mil empresas hackeadas y 94 millones de personas afectadas. Fue famoso el caso de Orange, que se quedó sin conexión en toda España, o el protagonizado por cyber-extorsionadores rusos especializados en asaltos ransomware que accedieron a archivos de IBM, Dekloitte, PwC, British Airwayws, la BBC o el Departamento de Energía USA. Cyber-ladrones chinos también entraron en el Departamento de Estado y de Comercio de Estados Unidos. Y la British Library sufrió un cyber-robo masivo de archivos que se vendieron el mercado negro. Sin ir tan lejos, aquí en España hemos tenido a Air Europa, el Ayuntamiento de Sevilla o el Clinic de Barcelona.

En un programa de radio escuché el otro día como no vamos a necesitar tarjeta de embarque para volar. Será posible hacerlo con nuestra huella dactilar o del iris. El informador decía que esto aportará más seguridad a nuestras transacciones. La realidad es que no es así. En principio se trata de métodos de protección más seguros. Pero si el sistema que almacena nuestro iris o la huella biométrica es vulnerado, los hacker podrán utilizar toda esa información, copiarla y usarla. No digamos ya nada de la vulnerabilidad que aporta el Chat GPT, al poder duplicar nuestra voz, imagen, etcétera, de manera casi perfecta. Nadie sabrá si quien nos llama por teléfono es persona real o un bot de la IA.

El paso del 5G al 6G implica, según anuncian, ir de “la conectividad inteligente al gemelo digital”, entrando en lo que podríamos denominar “la era del holograma”. La primera llamada holográfica se hizo en Rusia. Todos los interlocutores de la reunión vieron en el aire el holograma-imagen de los demás. Las actuales reuniones on-line serán sustituidas por encuentros en los que tendremos frente a nosotros, sentados, de pie o como sea, a las copias virtuales de los interlocutores de ese momento.

La sexta generación traerá consigo avances porque el rendimiento de las redes se verá multiplicado en velocidad, latencia, dispositivos conectados, ancho de banda, etcétera, aunque no todo son ventajas. Se han descubierto brechas de seguridad. Los hackers lo tienen más fácil para llevar a cabo ataques sacando provecho de las debilidades de las metasuperficies sobre las que se moverá la sexta generación. Al tratarse de una comunicación inalámbrica, los datos y señales estarán a la intemperie, lo que multiplica el riesgo de ataques. Mucho más que con el 5G, ya de por sí más vulnerable que el 4G. Imagínense.