El trípode

La OMS, el lobby sanitario mundial

Se financia con cargo a las cuotas –voluntarias– de los estados integrantes (destacando EEUU entre ellos) y también gracias a aportaciones «voluntarias».

La OMS (Organización Mundial de la Salud) es la instancia de las Naciones Unidas encargada de gestionar la agenda vinculada con la salud mundial. Tedros Adhanom Ghebreyesus es quien dirige la organización desde 2017, tras haber desempeñado en su país natal, Etiopía, las carteras de Salud y de Relaciones Exteriores durante un total de doce años. Políticamente su ideología está vinculada al Frente de Liberación Popular de Tigray, región situada al norte de Etiopía con una población de casi cinco millones de habitantes, que representa el 6% del total de 77 millones de etíopes, conocida a nivel internacional por haber mantenido una larga guerra contra el Gobierno central por su autonomía.

Esta breve reseña biográfica del personaje es necesaria para acercarnos a quien teóricamente tiene en sus manos velar por la salud de la población mundial, principalmente en cuanto a prevención de epidemias y todo tipo de amenazas. El personaje, de nombre tan difícil de recordar, tiene en sus manos una enorme capacidad de influencia y responsabilidad por razones obvias, lo que hace imperativo acreditar su preparación, solvencia, reputación y sobre todo independencia respecto de intereses muy importantes vinculados a la política sanitaria. Este es sin duda un punto muy débil del infrascrito, ya que se dice que «quien paga, manda», y la OMS no es un ejemplo al respecto precisamente. Se financia con cargo a las cuotas –voluntarias– de los estados integrantes (destacando EEUU entre ellos) y también gracias a aportaciones «voluntarias». En este sentido, la Fundación de Bill y Melinda Gates ha aportado más de 750 millones de dólares en el ejercicio 20/21, superando a todos los países menos al estadounidense. Podemos añadir a las grandes multinacionales farmacéuticas mundiales y tendremos el retrato de quién «ordena y manda» a los estados para aplicar vacunas a sus nacionales, por ejemplo.

En la Asamblea Mundial de la Salud, celebrada en mayo pasado en Ginebra, se trataron cuestiones como la salud de los refugiados y los migrantes, la prevención de los ahogamientos y la salud de los pueblos indígenas, entre otras. Superada la emergencia del COVID 19, Thedros Adhanom alertó de la llegada de otra pandemia: «Cuando llegue la próxima pandemia, que lo hará, debemos estar preparados para responder de manera decisiva, colectiva y equitativa». No consta que afirmara que también «inclusiva y ecososteniblemente», lo cual podría resultar discriminatorio y una amenaza para la Madre Tierra. Sería de agradecer que concretara la fecha de la anunciada y programada nueva pandemia. Seguro que Bill Gates ya la conoce.