El trípode

No son «solo» unas municipales y autonómicas

Ya no sorprende que los candidatos de las ciudades y autonomías reiteren que «no son unas elecciones generales», intentando desmarcarse de Sánchez y su partido, cuando no es así.

Hoy acaba la campaña electoral, una campaña marcada por hechos no previstos ni deseados por los asesores de los diferentes partidos y candidatos, y desde luego no por los correspondientes del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Es el caso de sucesos tan inaceptables y graves como la presencia de convictos y confesos de delitos terroristas y no arrepentidos de ellos como candidatos en las listas de su socio prioritario EH Bildu, convertido en partido filoetarra. También la compra de votos con dinero en efectivo, pero no la habitual promesa de, por ejemplo, cine a 2€ los martes para los mayores de 65 años, o el Interrail para los jóvenes, etc., como ha ido haciendo un día tras otro, sino una auténtica compraventa de voto con pago al contado y comisiones para el «mediador» de turno.

Ya no sorprende que los candidatos de las ciudades y autonomías reiteren que «no son unas elecciones generales», intentando desmarcarse de Sánchez y su partido, cuando no es así. No son solo unas elecciones municipales y autonómicas: Pasado mañana se vota también a un partido con las siglas del PSOE, cuyo Secretario General es el que ha convertido estas elecciones en un plebiscito acerca de su persona, anticipado tan solo en seis meses a las próximas elecciones generales, cual trampolín para su semestre europeo.

Esto es una evidencia que no necesita demostración adicional para quien haya seguido mínimamente la campaña con Sánchez protagonizando mítines por toda España anunciando ofertas de regalos como si fuera una tómbola, llegando a no asistir a la cumbre de Helsinki para priorizar su presencia estelar en esos actos. Incluso confundiendo La Moncloa con Ferraz –tanto monta, monta tanto– con las ruedas de prensa para dar cuenta de lo tratado en los Consejos de ministros con la ministra portavoz del Gobierno convertida en virtual portavoz socialista, conducta apercibida reiteradamente por la Junta Electoral Central. Incluso hemos llegado a ver al ministro Bolaños desaparecer de la escena tras su papelón estelar el 2 de Mayo en Madrid, para dejarse ver la pasada semana garantizando «casualmente» su triunfo al candidato socialista a la al alcaldía de Mojácar (¡!), en un vídeo que ya ha sido retirado por Ferraz. Sin duda Bolaños tiene un gafe encima que puede ser fruto de la estrecha cercanía a su líder; por lo que parece improbable que se le invite en el futuro a muchos actos, aunque eso no garantiza que no se presente a presidirlos. Con Vinicius de protagonista final, tengamos un término de campaña sosegado y una serena reflexión mañana.