A pesar del...

«Trenque Lauquen»

Y mientras todos buscan, transcurre una película que es a la vez morosa y cautivadora, con atractivos personajes

La ciudad de la provincia de Buenos Aires es también el título de una galardonada película argentina, dirigida por Laura Citarella y protagonizada por Laura Paredes, que también es coguionista con la directora, Ezequiel Pierri y otros excelentes actores. Se puede ver en Filmin, y, aunque dura cuatro horas, es muy recomendable.

La directora se niega a ser etiquetada como feminista, probablemente con razón, porque si hay un alegato en Trenque Lauquen no es feminista sino femenino, y, además, profundamente liberal: las mujeres quieren libertad y quieren ser dejadas en paz, para buscarse la vida por su cuenta, para buscar horizontes, enigmas, amores, todo.

La historia empieza como un misterio: una joven botánica desaparece y dos hombres enamorados de ella intentan encontrarla. Hay otras mujeres que desaparecen o emprenden extrañas aventuras, por ejemplo, con fenómenos paranormales, porque la película se hilvana en subtramas, pero siempre con mujeres interesantes, y hombres que pueden ser bondadosos, o no, pero a los que fundamentalmente les ocurre lo que nos suele pasar con las mujeres: no podemos vivir sin ellas, pero también nos desconciertan. Y entre tantas incógnitas la propia película nos da la pista: las mujeres no desaparecen porque sí, ni tampoco a la fuerza, sino voluntariamente. ¿Por qué buscar a quien no quiere ser hallada? Lo tiene que repetir la joven que se esfuma, dejando un mensaje insistente: «Me voy, me voy, adiós, adiós».

Declaró Citarella a Fotogramas: «Lo que atraviesa toda la saga es una idea central: una especie de Sherlock Holmes perdida en los pueblos, más deseosa de aventuras que de cualquier otra cosa. Una película compuesta por diferentes tipos de mujeres. Mujeres que persiguen mujeres. Mujeres detectives. Mujeres científicas. Mujeres que, por diferentes motivos, huyen. Las cartografías de los libros como mapas para vivir. Maternidad. La conquista del territorio. Hombres enamorados. La nobleza de algunos hombres. La idiotez de los mismos hombres. La burocracia y las flores».

Y mientras todos buscan, transcurre una película que es a la vez morosa y cautivadora, con atractivos personajes, sobre todo mujeres sugerentes que vemos y escuchamos junto a la estupenda música de Gabriel Chwojnik, en el marco de pequeñas comunidades humanas en el inmenso paisaje de la llanura de la Pampa, que un viajero francés del siglo XIX describió con el bello nombre de vértigo horizontal.