Luis Alejandre

Leales y fiables

La Razón
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En tiempos en que la lealtad y la confianza se ponen a prueba, la Alianza Atlántica ha comprobado y certificado estas pasadas semanas que nuestras Fuerzas Armadas lo son. Junto a Italia y Portugal se ha desarrollado sobre 16 escenarios terrestres marítimos y aéreos el ejercicio «Trident Juncture 2015», el mayor programado desde 2002. Solamente en España han desplegado 20.000 efectivos de una veintena de países, de los que 4.700 pertenecían a nuestro Ejército de Tierra, 2.650 a la Armada y 516 al Ejército del Aire.

El objetivo consistía en adiestrar y certificar las capacidades de la Fuerza de Respuesta Rápida de la Alianza para 2016 con 40.000 efectivos, «una fuerza de alta disponibilidad, tecnológicamente preparada, capaz de desplegar en cortos períodos de tiempo». Su punta de lanza es la Fuerza Conjunta de Muy Alta Disponibilidad, de la que nuestra BRILAT forma parte, con 5.000 efectivos que liderará España desde el Cuartel General de Bétera (NRDC-SP) dentro de dos meses. Podrá desplegarse en 48 horas en cualquier lugar del mundo –el ministro Morenés recordó que la Alianza tiene hoy un horizonte de 360º– y ante cualquier tipo de guerra convencional, híbrida o asimétrica.

Sobre la ficción de un país del Cuerno de Africa sacudido por una guerra por el control del agua, el planteamiento del ejercicio recogía las experiencias de Afganistán, las consecuencias de algunas primaveras árabes con clara referencia a Libia, los conflictos en Mali y República Centroafricana y la guerra que asola el Oriente Medio centrada en Siria, pero cuyas consecuencias afectan a Líbano, Irak y Jordania y al mismo corazón de Europa. Superada la preocupación por Ucrania, la Alianza estudia las amenazas que vienen del sur, «muy cerca de nuestras propias fronteras», como declaró su Secretario General Jens Stoltenberg. Por eso en el ejercicio, considerado de respuesta a una «crisis no artículo 5», es decir, no de defensa de un territorio de la propia Alianza, se han ejecutado desde ataques con misiles y experimentado modernos drones, hasta emergencias sanitarias y apoyos a poblaciones civiles.

No puede dejar de citar mi corazón paracaidista la prueba de esfuerzo físico y mental que representa el lanzamiento sobre San Gregorio de efectivos de la 82 División Aerotransportada USA y de nuestra BRIPAC tras diez horas de vuelo desde Fort Brag (Carolina del Norte).

Para dar otra idea del esfuerzo realizado en el «Trident», basta citar unas cifras. Se ha puesto en práctica por primera vez el concepto Grupo de Apoyo Logístico OTAN, liderado por la Brigada Logística del Ejército. Éste ha sido capaz de gestionar el traslado de 26.000 personas y el tránsito de tres mil vehículos por las carreteras españolas, 1.400 de ellos llegados a los puertos de Bilbao y Sagunto. Se han desplegado 2.000 contenedores y repostado sólo en el campo de maniobras de San Gregorio de Zaragoza 1,2 millones de litros de carburantes.

Es, además, el primer ejercicio de la Alianza en el que una organización operativa terrestre se ha hecho cargo de la coordinación real del espacio aéreo. Lo ha hecho por delegación de la Autoridad de Control del Espacio Aéreo que en el caso español es el Mando de Combate del Ejército del Aire. El motivo es poder coordinar en zonas alejadas de nuestros bien dotados sistemas de control, helicópteros, drones, artillería antiaérea y aviones, que puedan coincidir sobre una determinada zona de combate. Una torre móvil FAMET/UME ha realizado este control.

Otro aspecto destacable ha sido la ciberdefensa, es decir la protección de las propias redes informáticas contra vulnerabilidades y ciberataques. Se da la circunstancia de que nuestro NRDC-SP de Bétera es el único de los cuarteles generales de la estructura de fuerzas de la Alianza que lo desarrolla.

En resumen, diría que el ejercicio no sólo ha sido una demostración de fuerza de la Alianza con un mensaje claro de unidad y fuerza, sino que también ha sido una certificación de la capacidad de liderazgo español. Se materializan años –décadas– de enorme esfuerzo de unas generaciones de oficiales, suboficiales y tropa que no sólo han cumplido con sacrificio misiones en países en los que jamás hubiéramos imaginado intervenir, sino que han sabido aprender sobre todo de errores. Que han superado las barreras del idioma adaptándose, también con esfuerzo, a otros modos y procedimientos. Porque la Alianza presenta otro aspecto positivo: la multinacionalidad, la conjunción de esfuerzos, la unidad. No le daremos importancia, ni la noticia ha sido cabecera de periódicos o telediarios. Pero a un Cuartel General de Alta Disponibilidad ubicado en Bétera le han dado un «excelente» en las cinco áreas que se evaluaban: Policy, Operations, Supports, CIS y Administrative. De su mando, el Teniente General Rafael Comas, han firmado los altos responsables de la Alianza, con su breve y lacónico lenguaje, «que es un excelente comandante, muy bien apoyado por un eficaz estado mayor».

¡Aliados leales y fiables!