A pesar del...
Years & Years y la corrección
Pretendía anticipar cómo iba a ser el mundo, y en particular el Reino Unido, entre 2019 y 2034
Estamos ahora viviendo lo que imaginó Russell T. Davies cuando creó Years and Years, la miniserie de la BBC de seis episodios que puede verse en Movistar+, y que pretendía anticipar cómo iba a ser el mundo, y en particular el Reino Unido, entre 2019 y 2034. No es un mundo agradable, desde luego, porque todos los fantasmas de la corrección política cobran vida.
A través de las aventuras y desventuras de una familia británica, los Lyons, vemos una terrible crisis económica, con ecos del «corralito» argentino; el auge de una siniestra política populista de extrema derecha (gran papel de Emma Thompson) al Gobierno de Londres, y el cierre completo de fronteras contra los inmigrantes en Europa, junto al establecimiento de fronteras en el interior de los países, y en concreto en Gran Bretaña, donde los ciudadanos no pueden moverse y son crecientemente controlados por el poder político (manejado a su vez por el poder económico) a través de una tecnología cada vez más invasiva y cruel. Hablando de crueldad, los gobernantes proceden a «resolver» el problema de los inmigrantes simplemente encarcelándolos primero y haciéndolos desaparecer después.
Como si esto fuera poco, la democracia se tambalea en todo el mundo, y China y Estados Unidos empiezan una guerra nuclear. El presidente americano es (venga, ¿no lo adivina usted?) Donald Trump. Y además se nos indica que el horror que sucede tiene que ver con que antes –es decir, ahora– no atendimos al calentamiento global.
Tal y como cabía esperar, muchos críticos saludaron la serie por su alarmismo, y por ser de un «realismo distópico», según la describió Emily Nussbaum en The New Yorker.
La situación que contemplamos hoy en el mundo real está lejos de ser un paraíso, por supuesto, pero también está lejos del apocalipsis que vemos en Years and Years.
En realidad, si hacemos el esfuerzo de mirar por encima de la corrección política, la serie está muy bien, por las historias personales y familiares de los Lyons, bien interpretadas y que subrayan los mejores aspectos de la naturaleza humana, su lealtad, sus afectos, y su valentía para defender valores tan antiguos, y a la vez tan cuestionados por el pensamiento hegemónico, como la familia y el matrimonio por amor y fidelidad, tanto entre heterosexuales como entre homosexuales.
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