Marbella

Hombres de barbas tomar

De todos los estilos y personalidades: ralas, de tres días, espesas y estilo «Leónidas» ya no es un elemento de descuido, sino una reivindicación del lado más viril y atractivo

Hombres de barbas tomar
Hombres de barbas tomarlarazon

Para los vanidosos es un símbolo de poder, para las féminas, un arquetipo de virilidad, para los más «fashion», una reivindicación de lo «vintage» y para los intelectuales acostumbra a ser el mejor recreo para sus nerviosas manos. El caso es que la barba –ese oscuro objeto de deseo que muchos ya anhelaban en su más tierna infancia, cuando «Los payasos de la tele» les recordaban que sólo había tres pelos en su mentón– es ya una tendencia consolidada y con visos de perpetuarse –con la fragilidad que esa palabra tiene en el ciclotímico mundo de la belleza y el estilo–. De momento, los que lucen vello sobre su rostro están de suerte, la nueva proclama es: «Shaving is out» («afeitarse ya no está de moda»), consigna con la que «The Times» titulaba un reciente artículo sobre esta tendencia.

Reivindicar la barba como el complemento masculino más «in» del momento se ha convertido en el mejor contrapunto para dar carpetazo a la lampiña y femenina estética que en su momento fomentó la metrosexualidad, cuyo máximo exponente fue el futbolista David Beckham, icono al que muchos usaron para reivindicar la ceja depilada y el pecho escurridizo. Sin embargo, la barba ha permitido recuperar viejos ídolos de la masculinidad, como Sandokan, John Lennon, Kurt Cobain y George Michalale, entre otros. Pero para que las barbas de Harry El Sucio hayan pasado de ser un elemento estético algo cochambroso a convertirse en un símbolo de masculinidad y estilo habría que buscar una explicación más mediatizada: sólo hay que echar un vistazo a la última ceremonia de los Oscar -o a la más reciente e hispana Starlite de Marbella, en la que actores como Imanol Arias lucieron sus frondosas barbas- para darse cuenta de que mitos sexuales como George Clooney, Hugh Jackman y Ben Affleck optaron por dejar el vello crecer de forma espesa sobre su rostro. Una tendencia que se suma a lo que la pasarela –con marcas como Hermès, Diesel y Paul Smith– y muchas campañas publicitarias llevan reivindicando desde hace tiempo con modelos como Johnny Harrington, quien además de defender la «tranquilizadora» imagen que sugiere un hombre con barba, también reivindicó este elemento estético como una vuelta a los valores perdidos en nuestra sociedad. Al margen de que algunos quieran hacer un tratado filosófico sobre esta moda, el caso es que este nuevo look casa a la perfección con las tendencias «hipster» y más despreocupadas que se imponen en los últimos tiempos. Es más, incluso parecen contar con el beneplácito del sexo opuesto, que también parece reivindicarlo como un símbolo de virilidad que les otorga mayor atractivo –como en su momento lo fueron las caderas anchas en las mujeres, que se convirtieron en el mejor reflejo de la fecundidad fememina– . Según los datos de un reciente estudio publicado en la revista Evolution & Human Behavior realizado por la Universidad del Sur de Gales, las barbas de diez días hacen que los hombres potencien su «sex appeal» hacia las mujeres. Los científicos Barnaby Dixon y Robert Brooks mostraron a 351 mujeres diez fotos de hombres con diferente estética: desde hombres afeitados a los que lucían una barba muy espesa. Una de las curiosidades que se arrojaron del estudio fue que, aunque muchas protesten por lo molesto que puede ser el bello al besar, la mayoría de las mujeres se decantaba por las fotografías de los hombres con más barba. La investigación también incluía una valoración sobre la salubridad, la masculinidad y las habilidades para la cría que intuían tras los varones de las imágenes. Además de considerarlos más atractivos, también los percibían como «más saludables y masculinos». Asimismo, a los hombres que lucían barbas cerradas también se les consideraba mejores padres y, por tanto, más aptos para «proteger a la descendencia».

No es la primera ni la única vez en la que los estudios científicos parecen respaldar la moda de la barba. Según otra investigación elaborada por dermatólogos y publicada en el periódico «Radiation Protection Dosimetry», el vello en el rostro no sólo los hace más «bellos», también, y más importante para los expertos, les ayuda a protegerse de la acción nociva de los rayos UVA y del envejecimiento de la piel. Y es que, aunque los lampiños tuvieron su época de gloria con la metrosexualidad, parece que ahora están condenados al ostracismo y ya no son tendencia ni siquiera en las redes sociales donde existen decenas de páginas (desde Flickr a Twitter) que reivindican la barba como el mejor complemento masculino. Vuelve el macho ibérico.