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La última esperanza médica

La «infusión» de microbiota fecal puede curar patologías que llegan a ser muy graves, como las colitis seudomembranosas

La última esperanza médica
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Afortunadamente, empezamos a acostumbrarnos a las noticias que nos hablan de la capacidad de nuestros médicos para realizar un trasplante impensable. Desde que en 1954 Joseph Murray intercambiara un riñón entre dos hermanos gemelos (considerado el primer trasplante eficaz moderno) hasta nuestros días, la lista de órganos que pueden trasladarse de un cuerpo a otro no ha dejado de engordar. Prácticamente todo, con algunas honrosas excepciones como el cerebro, es hoy trasplantable. Recoger todos estos milagros cotidianos que tienen lugar en los quirófanos de medio mundo sería imposible. Hay que tener en cuenta que la cirugía moderna es capaz de realizar actos impensables hace apenas un lustro: trasplantes de hasta seis órganos diferentes como el que salvó la vida de una niña de año y medio en el Hospital Universitario de la Paz, donde le implantaron estómago, duodeno, intestino, páncreas, hígado y bazo nuevos el 24 de marzo de 2006; intervenciones cardiacas en fetos a través del vientre de la madre, separaciones asombrosas de hermanos siameses... Cada día los cirujanos, basados en la larga historia de hitos que les avala, reproducen en sus hospitales la fascinación del primer trasplante de riñón y, con ella, el miedo, la duda, el dilema, la tensión, la esperanza...

Se han trasplantado manos, piernas, rostros, fragmentos de tráquea, estómagos completos, por supuesto órganos básicos como el corazón, el hígado o los pulmones... Pero ahora llega un nuevo trasplante que promete dar que hablar. Desde hace unos años, la medicina ha puesto sus esperanzas en el trasplante de heces. Más apropiado será llamarlo por su nombre técnico: trasplante de microbiota fecal (TMF). Ahora, una revisión científica sobre las expectativas reales de esta asombrosa técnica, que se ha publicado en la revista del la Sociedad Americana de Endoscopia Gastrointestinal, reafirma su validez terapéutica

El TMF es una infusión de materia extraída de las heces de un individuo sano en el cuerpo de un paciente aquejado de ciertas enfermedades gastrointestinales infecciosas. Entre ellas, destacan las producidas por la bacteria Clostridium difficile que, como su propio nombre indica, es una de las complicadas de combatir en nuestro organismo. Esta bacteria está reconocida como el mayor agente causante de colitis y diarrea y suele atacar después de una prolongada exposición a antibióticos. Aunque suele encontrarse en proporciones normales en algunos individuos sanos y en muchos pacientes hospitalizados, en ocasiones su actividad es responsable de patologías que pueden llegar a ser muy graves, como la colitis seudomembranosa o diarreas que ponen en peligro la vida del afectado.

Buscar el donante apropiado

La revisión publicada demuestra que el trasplante de heces puede ser una estrategia terapéutica ideal para estos casos. Sí, están leyendo bien, la última frontera del mundo de los trasplantes es la materia fecal.

El proceso es más aséptico de lo que puede parecer. El paciente debe hallar un donante apropiado. En este caso, no es imprescindible que se trate de un familiar compatible genéticamente como en el caso de otros órganos. De hecho, en ocasiones es aconsejable que se trate de un extraño, ya que alguien que conviva con nosotros podría estar infectado de la misma bacteria que queremos eliminar. Todos los seres humanos compartimos prácticamente la misma biota intestinal por lo que no es difícil encontrar donantes compatibles. Una vez confirmado que el que cede su material fecal está libre de ciertas infecciones o parásitos, se recoge parte de sus heces. Con ellas, los médicos pueden preparar una infusión que será introducida en el colon del paciente mediante enema o mediante una sonda nasogástrica. Dentro del organismo enfermo, las bacterias procedentes del intestino ajeno empiezan a realizar su trabajo. En poco tiempo habrán colonizado buena parte de su nuevo hábitat y restituido el equilibrio por lo que los microorganismos dañinos podrán ser eliminados o reducidos a una mínima cantidad inocua.

Un problema muy habitual ligado a estas patologías intestinales en la recurrencia. Cuando se tratan con antibióticos, existe un riesgo de entre el 15 y el 35 por ciento de volver a recaer. Una vez se ha tenido una recaída, hay un 45 por ciento de posibilidades de tener una segunda. Y, tras la segunda, el riesgo de padecer una tercera aumenta hasta el 64 por ciento. Por eso, según el estudio, el trasplante de heces debería convertirse en la opción terapéutica de referencia. Según los datos obtenidos, con esta técnica se puede lograr un porcentaje de curación del 91 por ciento en el primer intento y del 98 si hay una recaída. La terapia también puede ser útil para otros males como el colon irritable o algunas alteraciones inflamatorias.

Lo cierto es que cada vez sabemos más de los miles de especies de bacterias que pueblan nuestros intestinos y que, ahora, pueden ponerse al servicio de la medicina. Tendremos que tratar de superar los reparos estéticos que aún nos producen ciertos avances, pero no cabe duda de que el futuro de la curación de algunas enfermedades intestinales pasa por la generalización de los trasplantes de heces de un individuo a otro. ¡Eso si qué es compartir!