Feria de San Isidro
Pundonor de Carretero en tibia novillada
El torero fue volteado de manera espectacular por el quinto de la tarde en Las Ventas.
El torero fue volteado de manera espectacular por el quinto de la tarde en Las Ventas.
Las Ventas. Decimonovena de San Isidro. Se lidiaron novillos de Montealto, bien presentados, nobles pero faltos de raza. 1º, noble y con repetición; 2º, desigual y derrotón; 3º, descastado; 4º, movilidad sin demasiada entrega; 5º, irregular y a menos; 6º, noble. Más de tres cuartos de entrada: 18.051 espectadores.
Leo Valadez, de sangre de toro y oro, pinchazo hondo, dos pinchazos, dos descabellos (silencio); estocada corta perpendicular, aviso, dos descabellos (silencio).
Diego Carretero, de grana y oro, pinchazo, metisaca, estocada, descabello (silencio); pinchazo, estocada (saludos).
Andy Younes, de malva y oro, estocada corta, dos descabellos (silencio); estocada corta (silencio).
Las novilladas tienen, o deben tener, algo especial. Y en esta se notó al principio, por momentos. Cuando de pronto quitó Diego Carretero en el novillo de Valadez y de qué manera por gaoneras convencido de quedarse por allí y este salió a la réplica. ¡Ocurre tan pocas veces! El de Montealto llegó a la muleta con alegres arrancadas, movilidad y nobleza, se abría mucho al salir del encuentro y se quedaba descolocado Leo Valadez que era a quien le tocó el novillo. No hubo comunión, a pesar de que quiso y comenzó de rodillas en el centro de ruedo y ahí pegó un natural extraordinario. Después, no acabó de fluir el toreo en una plaza como Madrid en la que no valen las medias tintas; al novillero se le fue el trasteo en buscar la distancia y el sitio sin llegar a ninguna parte. Toreo de capa hubo con el cuarto. Y bonito. El remate de desprecio que abrochaba el saludo y el quite por lopecinas entre vara y vara. Salió Carretero a hacer lo propio y apuntaba la cosa, pero ocurrió después con la muleta algo similar a lo anterior. Tuvo movilidad el novillo, se abría también al salir del envite y la faena no fue. No hubo conexión con el tendido y el trasteo se hizo largo.
A Diego Carretero nos lo traemos en la memoria desde Valencia. Con una larga cambiada recibió al segundo Montealto y bonito toreó después. Como en los inicios de faena. Fue la mejor parte, esa y una tanda de toques muy suaves, tirando del novillo, que le costaba ir, y tapando ese defecto del animal que tendía a derrotar. Después, fue la cosa a menos. Ni contar la espada. En unas bernadinas a final de faena bordeamos la tragedia. Brutal fue la manera de cogerle el quinto de la tarde a Carretero. Le arrancó la taleguilla. Por suerte no hizo carne. Volvió a la cara. Y volvió para reproducir el mismo muletazo en el que había sido cogido. Antes, había expuesto con este novillo irregular, que fue como un huracán al cartucho del pescao con el que comenzó la faena y se apagó después muy desigual en el viaje. En las cercanías se justificó Carretero. El susto vino después. En novillero toda la tarde.
En la misma barriga le puso los pitones el tercero al banderillero Morenito de Arles. Fue de justicia que se desmonterara. A Andy Younes, que debutaba en la plaza de Madrid a sus 20 años, se le vio convencido, con ganas, asentado, la única pena es que le faltó oponente. Prologó con pase cambiado con la espalda y casi ahí nos dimos cuenta de que se había quedado sin novillo, descastadete y con poco contenido. Una pena. Lo intentó, quiso e hizo lo que pudo con esas arrancadas desentendidas. Firme con el sexto, que se dejó hacer, de manejables arrancadas en voluntariosa faena, pero la tarde no acabó de despegar.
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