JMJ de Río
A un metro del Papa: Terezinha Fernandes
Churrasco a la brasa para un vecino argentino
Terezinha Fernandes / Responsable de la Casa Sumaré en la que se alojará Francisco
Pan de queso, suflé de maíz y frutas típicas brasileñas. Ése será el menú de bienvenida que aguarde a Francisco en su llegada a Brasil hoy. La recepción tendrá lugar en la residencia oficial de la archidiócesis de Río de Janeiro, también conocida como la Casa Sumaré, lugar en el que se alojará el Papa durante la Jornada Mundial de la Juventud.
Lejos del lujo y el glamour de reconocidos chefs, como viene siendo frecuente, el Santo Padre ha pedido que la sencillez sea la tónica habitual a lo largo de esta semana. Por ello, el Pontífice ha encargado que tanto la mantelería como la vajilla sean lo más simples posible. «Todo muy bonito, pero dentro de la simplicidad. Nada de plata, nada de oro, de la manera que a Francisco le gusta», asegura la religiosa Terezinha Fernandes, responsable del alojamiento y la cocina del Papa durante su estancia en Río. A pesar de que la carta aún no está totalmente decidida, lo que sí es seguro es que en la mesa habrá un asado a la brasileña en una de las tres comidas que se celebrarán en la casa, así como arroz, frijoles y harina de mandioca en los demás almuerzos. En cuanto a la cena, ésta será más ligera, ya que el plato principal será la sopa de verduras. La hermana Terezinha vive desde hace 25 años en la residencia oficial de la archidiócesis de Río de Janeiro, por lo que no será la primera vez que se encuentre con un Pontífice. «Cuando nos visitó Juan Pablo II en 1997 quedó encantado con nuestra papaya. La pedía en todas las comidas. Ahora, aguardamos al Santo Padre con alegría y vamos a ver lo que le va a gustar más de Brasil. Estoy ansiosa», reconoce la monja. Continuando por la senda de la sencillez, la comitiva del Vaticano rechazó las habitaciones más grandes de la casa, entre las que se encuentra una suite de 77,5 metros cuadrados. En su lugar, ha optado por el mismo cuarto en el que ya se alojara el beato Juan Pablo II. Una nevera, una mesa, una silla, un sillón y una cama sin cabecera componen la estancia en la que descansará Francisco. «El Pontífice es muy simple, no quiere algo diferente, sino las mismas cosas que el resto del mundo», afirma Terezinha. Con esta decisión, el Santo Padre dormirá en las mismas dependencias que los siete cardenales que le acompañarán.
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