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«Díganle a la Madre Teresa que lo cure»
El Papa firmó el día de su cumpleaños el decreto por el que se reconoce el milagro de Teresa de Calcuta, por el cual será elevada a los altares. La beata albanesa logró la curación en 2008 de un joven brasileño con múltiples problemas cerebrales a punto de morir. El médico que le atendió reconoció que no había visto un caso así. Todos los que había tratado hasta entonces habían fallecido. El sacerdote que acompañó a su esposa y que le entregó una reliquia de la futura santa rememora para LA RAZÓN los hechos
El Papa firmó el día de su cumpleaños el decreto por el que se reconoce el milagro de Teresa de Calcuta, por el cual será elevada a los altares.
El Papa Francisco aprobó por fin la canonización de la Madre Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad y «apóstol de los pobres», como muchos la llaman. Aunque la noticia fue adelantada el jueves por la noche en el diario «Avvenire», propiedad de la Conferencia Episcopal Italiana, la confirmación llegó por el mismo Vaticano en la mañana del viernes. Francisco dio el visto bueno al milagro atribuido a la beata en una audiencia privada al Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, el cardenal Angelo Amato. La fecha que se baraja para la ceremonia que la hará santa es el domingo 4 de septiembre del próximo año, un día antes de que se cumplan 19 años de su muerte, en el marco del Jubileo de la Misericordia.
Será uno de los acontecimientos más importantes de la Iglesia en los últimos años y ya se compara con la elevación a los altares de Juan Pablo II en abril de 2014, que llevó hasta Roma a unos dos millones de fieles. En el caso de la religiosa, se prevé que iguale esas cifras en lo que a número de peregrinos se refiere.
El «ok» del Papa llega cuatro días después de que se haya realizado la última evaluación del milagro, necesario para que se la pueda declarar santa en el congreso de cardenales y obispos reunidos en congregación. El protagonista del mismo es un brasileño de 42 años, ingeniero de profesión, de la localidad de Santos, en São Paulo. La curación extraordinaria ocurrió el 9 de diciembre de 2008. El hombre poseía abscesos múltiples en el cerebro con hidrocefalia obstructiva, había sido sometido ya a un trasplante de riñón y estaba siendo tratado con inmunosupresores. No obstante, la terapia no tenía efectos positivos y los médicos le dieron pocas probabilidades de salir adelante. En esta situación, decidieron someterle de manera urgente a una operación quirúrgica. Ese día, en coma, el paciente entró en la sala de operaciones, pero, a causa de problemas técnicos, hubo que posponer la intervención. Sin embargo, frente a una terapia que no tenía resultados y sin haber sido intervenido quirúrgicamente, se curó de manera completa, sin explicación científica alguna. Tras media hora, el médico principal encontró al paciente sentado, despierto y consciente, y escuchó cómo le preguntaba: «¿Qué hago aquí?».
Según los testimonios que acreditan el caso, durante los días de su enfermedad y sobre todo en los últimos de peligro de muerte, los familiares, amigos y conocidos del ingeniero rezaron a la Madre Teresa y le pidieron que intercediera para sanarle. Su esposa, con la que había contraído matrimonio hacía poco tiempo, era devota y pidió con insistencia: «Díganle a la Madre Teresa que lo cure». Incluso durante el tiempo de espera de la operación, la mujer permaneció en la capilla del hospital rezando a la fundadora de las Misioneras de la Caridad acompañada de un sacerdote y varios familiares.
El propio médico que atendió al hombre expresó que nunca había visto un caso como ése. «En otros casos similares, en 17 años de profesión, todos fallecieron. No puedo dar una explicación científico-médica», aseguró. De hecho, el pasado 10 de septiembre, el consejo de médicos de la Congregación para la Causa de los Santos declaró por unanimidad que la curación es «científicamente inexplicable».
El Papa Francisco tiene una especial devoción a la religiosa albanesa que decidió abandonar todo para vivir con los pobres y hacer de ellos su misión en la vida. Además del amor por los más necesitados, los ancianos y los niños, les une algo más: «El médico que cuidó al hombre en Santos fue el mismo que vigiló la salud al Papa en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro en 2013», dice el sacerdote Elmiram Ferreira.
Ferreira atendió ayer desde su parroquia en São Vicente, muy cerca de Santos, a LA RAZÓN. Él acompañó durante los momentos más críticos a la esposa del hombre en el que se produjo el milagro y fue él, después de oficiar una misa en la casa de las Misioneras de la Caridad, el que entregó a la mujer un libro, medallas y una reliquia de la Madre Teresa, un trozo de su hábito que colocó en el cabecero de la cama de su marido. «Recuerdo ese día perfectamente. Su esposa vino en mi busca desesperada, llorando. La tranquilicé y le ofrecí lo que las hermanas me habían dado. Pedimos la intercesión de Teresa de Calcuta, sabiendo que para Dios no hay nada imposible», explica. Tanto, dice, que el hombre, al que comunicaron que como consecuencia del tratamiento al que había sido sometido no podría tener descendencia, disfruta hoy de dos hijas. «Otro milagro», añade el párroco brasileño.
Así la conoció Francisco
Durante su viaje en septiembre de 2014 a Tirana (Albania), el Papa Francisco reveló que él mismo había conocido a la Madre Teresa y relató su encuentro con la beata en el Sínodo de los obispos de 1994. «Decía siempre aquello que quería decir», afirmó el Papa al sacerdote que hacía de intérprete durante su visita a la tierra natal de la Madre Teresa. Recordando las circunstancias del encuentro, Francisco dijo que «se había sentado detrás de mí durante los trabajos. Admiré su fuerza, la decisión de sus intervenciones, sin dejarse impresionar por los obispos». Después, haciendo gala de su buen humor, añadió: «¡Me habría dado miedo si hubiera sido mi superiora!».
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