El Papa Francisco ya está en Marruecos

Agradeció esta invitación a visitar Marruecos porque “es una oportunidad para promover el dialogo y el conocimiento recíproco entre los fieles de ambas religiones”

A las 10.45 el vuelo papal despegó desde el aeropuerto de Fiumicino con destino a Marruecos. Durante la travesía, el Papa saludó personalmente a los 73 periodistas que volaron con él y felicitó a dos de ellos al estar pasando su cumpleaños bordo del vuelo papal.

A pesar de la copiosa lluvia que caía en el momento en que el Papa descendió del avión en el aeropuerto de Rabat, el ambiente era de gran alegría. Protegido por un paraguas rojo y flanqueado por dos paraguas verdes, caminó acompañado del Rey Mohamed VI que lo había recibido al pie de la escalinata del avión papal.

Ya en la explanada de la Torre Hassan, el Rey Mohamed VI pronunció un discurso en el cual destacó que “hoy Marruecos estaba viviendo un acontecimiento excepcional por dos razones principales, la primera porque el Papa Francisco I estaba en su país y la segunda porque le recuerda la otra que llevó a cabo el Papa Juan Pablo II, que calificó de visita histórica.

El monarco continuó diciendo: “Yo , en mi calidad de Emir de los creyentes, no puedo hablar de la Tierra del Islam, como si en la misma solo vivieran musulmanes” y recalcó que “vela y garantiza el libre ejercicio de las religiones del Libro; protejo a los judíos, marroquíes y a los cristianos de otros países que viven en Marruecos. Sobre el terrorismo confirmó que “para hacer frente a los radicalismos, no hay que buscar una respuesta militar ni presupuestaria, pero si aquella denominada Educación”- y concluyó con el tema del terrorismo diciendo que “los terroristas no tienen en común la religión, sino mas bien la ignorancia de la religión”

El Papa Francisco pronunció su primer discurso en italiano iniciándolo con palabras emotivas: “Me alegro de pisar el suelo de este país, rico en tantas bellezas naturales, custodio de vestigios de antiguas civilizaciones y testigo de una historia fascinante”.

Agradeció por haber recibido esta invitacion a visitar Marruecos porque “se transforma en una oportunidad para promover el dialogo interreligioso y el conocimiento recíproco entre los fieles de nuestras dos religiones”. Habló sobre la cultura del diálogo “ como el camino a seguir, la colaboración como conducta; el conocimiento recíproco como método y criterio (Documento sobre la fraternidad humana, Abu Dabi, 4 de Febrero 2019), subrayó que le alegraba visitar el Instituto Mohamed VI para imanes, predicadores y predicadoras, que Su Majestad ha creado para ofrecer una formación adecuada y sana contra todas las formas de extremismo, que llevan a menudo a la violencia y al terrorismo y que, en todo caso, constituyen una ofensa a la religión y a Dios mismo” – sobre la migración que calificó de “grave crisis migratoria que hoy estamos afrontando” – subrayó que es una llamada urgente para que todos busquemos los medios concretos para erradicar las causas que obligan a tantas personas a dejar su país, su familia y a encontrarse frecuentemente marginadas, rechazadas”- y elogió a Marruecos por su gran disponibilidad y exquisita hospitalidad acoger el pasado diciembre la Conferencia intergubernamental sobre el Pacto mundial para una migración segura, ordenada y regular “ espero que quieran continuar siendo , en la comunidad internacional, un ejemplo de humanidad para los migrantes y los refugiados”. El Papa concluyó su primer discurso subrayando que “los cristianos se alegran por el lugar que les ha hecho la sociedad marroquí. Ellos quieren contribuir en la edificación de una nación solidaria y prospera , teneindo como preocupacon el bien común del pueblo” – “Permitidme animar a los católicos y cristianos a ser aquí en Marruecos , servidores, promotores y defensores de la fraternidad humana”

Se cumplen 34 años después de que el Papa Wojtyla lo hiciera y cumpliéndose 800 años del encuentro entre San Francisco de Asís y el sultán Al Malik en Egipto en plena cruzada. Ahora es otro Francisco con otro Sultán (el Rey) los que se encuentran, pero siempre con el mismo espíritu de paz y fraternidad.