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El Papa: «Hay que multiplicar los esfuerzos frente a la crisis»

El Santo Padre se ha reunido hoy con el presidente italiano, Giorgio Napolitano, con quien ha asegurado tener «muchas preocupaciones comunes, tales como la crisis y la inmigración».

Bajo el signo de una mayor simplicidad y con un ceremonial más sobrio, el Papa Francisco fue recibido este jueves en el Quirinal por el presidente de la República de Italia, Giorgio Napolitano. un acto que no sólo se inserta en el contexto de las múltiples relaciones entre la Santa Sede e Italia, sino que asume también un valor profundo y simbólico pues varios pontífices desde este palacio gobernaron la Iglesia universal durante más de dos siglos.

El Papa Francisco y Giorgio Napolitano, con ésta, se han encontrado por tercera vez, pero ha sido la primera visita oficial al Quirinal de Jorge Mario Bergoglio, en respuesta a la que realizó el presidente Napolitano al Vaticano el pasado 8 de junio.

Tras el encuentro, el Papa Francisco dijo que la crisis económica presenta muchas dificultades para poder superarla y que entre los efectos más dolorosos es la falta de trabajo, por lo que es necesario multiplicar los esfuerzos para aliviar las consecuencias y robustecer cualquier signo de recuperación.

Durante su discurso, el Papa aseguró que hay muchos temas y preocupaciones comunes entre él y Napolitano, tales como la crisis y la inmigración.

Citó la visita a Lampedusa, donde conoció de cerca el sufrimiento de aquellos que, a causa de la guerra o la pobreza, se lanzan a la emigración a menudo en condiciones desesperadas, y donde ha visto "encomiables testimonios de solidaridad de tantas personas".

El Papa argentino afirmó que, en el centro de las esperanzas y dificultades sociales, está la familia.

Reiteró que la Iglesia apoya a la familia, que es el lugar principal en el que se forma y crece el ser humano, en la que se aprenden los valores y ejemplos que los hacen creíbles, y aseguró que la familia necesita ser apreciada, valorada y protegida.

Y se dirigió a Napolitano: "Espero que con el apoyo de la oración Italia, con su rico patrimonio de valores espirituales y cívicos, sepa volver a encontrar la creatividad y la armonía necesarias para su desarrollo armónico, con el fin de promover el bien común y la dignidad de cada persona, y ofrecer en el ámbito internacional su contribución a la paz y la justicia".

Durante su discurso, el Papa Francisco habló de las relaciones institucionales habituales entre Italia y la Santa Sede y afirmó que la visita confirma "el excelente estado de las relaciones recíprocas".

Y recordó la atención de Napolitano hacia su antecesor, Benedicto XVI, quien en su visita al Quirinale en octubre de 2008 lo definió como el "Hogar simbólico de todos los italianos".

"Mirando hacia atrás en los momentos clave de las relaciones entre el Estado italiano y la Santa Sede -dijo el pontífice- deseo recordar la inclusión en la Constitución de la República del Tratado de Letrán y el Acuerdo de revisión del Concordato. Del tal Acuerdo se cumplirá en las próximas semanas en el trigésimo aniversario".

"Aquí tenemos un sólido marco normativo para el desarrollo sereno de las relaciones entre la Iglesia y el Estado en Italia", refirió.

En su visita oficial el Papa tuvo ocasión de saludar a todo el Ejecutivo italiano y de pasar un rato con los hijos de los dependientes del palacio.

Tanto la llegada al Quirinale como la salida la hizo el Papa en un cortejo de automóviles, que recorrió las calles de Roma sin sirenas ni escoltas especiales, ni tampoco con los coraceros que en otras ocasiones han acompañado a los pontífices en su visita al jefe del Estado.