Papa Francisco
El Papa insta a evitar los estereotipos en relación con el Islam
Francisco recordó que «el mejor antídoto contra toda forma de violencia» es la concepción de «la diferencia como riqueza y fecundidad».
El papa Francisco abogó hoy por evitar "los estereotipos y los prejuicios"en relación con el Islam y recordó que "el mejor antídoto contra toda forma de violencia"es la concepción de "la diferencia como riqueza y fecundidad".
El pontífice se expresó de este modo durante una audiencia con los participantes en un encuentro promovido por el Pontificio Instituto para los Estudios Árabes e Islámico (PISAI).
Francisco defendió esta institución al señalar que "no se limita a aceptar los argumentos superficiales, que dan lugar a estereotipos y prejuicios"sino que "nos aproxima al otro sin levantar el polvo que nubla la vista".
"El trabajo académico va a las fuentes, colma las lagunas, analiza la etimología, propone una hermenéutica del diálogo y, mediante una aproximación científica inspirada en el estupor y la maravilla, es capaz de no perder la brújula del respeto mutuo y de la estima recíproca", refirió.
Y añadió: "Quizá nunca como ahora se advierte tal necesidad, porque el antídoto más eficaz contra toda forma de violencia es educar a descubrir y aceptar la diferencia como riqueza y fecundidad".
Bergoglio apuntó a que en los últimos años y "a pesar de algunas incomprensiones y dificultades"se ha avanzado en las relación con el Islam y para ello ha sido "esencial escuchar".
"Esto no es solo una condición necesaria en un proceso de comprensión recíproca o de convivencia pacífica, sino también es un deber pedagógico que nos permite reconocer los valores de los otros, de comprender las preocupaciones que acompañan sus peticiones, de hacer aparecer las convicciones comunes", recordó.
El diálogo con el Islam exige, según el papa, "paciencia y humildad", además de "un estudio profundo"pues "la improvisación puede ser contraproducente e incluso causar malestar".
También es importante acudir al "encuentro", lo que produce que cuando nos acercamos a otros fieles nos cuestionemos nuestra propia espiritualidad.
"De esto se genera el primer conocimiento sobre el otro. Si, además, se parte de la idea de la común pertenencia a la naturaleza humana, se pueden superar los prejuicios y las falsedades y se empezará a comprender al otro con una nueva perspectiva", abundó.
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