Iglesia Católica
«Empezar desde lo que importa»
En su primera misa del año, el Papa Francisco pidió a los fieles que eviten las «banalidades del consumo» y subrayó el importante papel de la mujer en la Iglesia
En su primera misa del año, el Papa Francisco pidió a los fieles que eviten las «banalidades del consumo» y subrayó el importante papel de la mujer en la Iglesia.
A comienzo del nuevo año, siempre toca hacer firmes propósitos de cara a los meses que quedan por delante. Para el Papa también, y por ello, en la misa que celebró en la basílica de San Pedro con motivo del nuevo año y de la fiesta de Santa María Madre Dios, exhortó a «dejar atrás los fardos del pasado y empezar de nuevo desde lo que importa».
En la homilía que pronunció, puso además de relieve el papel de la mujer en la Iglesia, puesto que «el don de la Madre, el don de toda madre y de toda mujer es muy valioso» porque la propia institución eclesial «es madre y mujer».
En su opinión, «mientras el hombre frecuentemente abstrae, afirma e impone ideas; la mujer, la madre, sabe custodiar, unir en el corazón, vivificar» y por ello, «para que la fe no se reduzca sólo a ser idea o doctrina, todos necesitamos tener un corazón de madre, que sepa custodiar la ternura de Dios y escuchar los latidos del hombre», afirmó Francisco.
El Pontífice reflexionó sobre la importancia del silencio e invitó a permanecer así delante del pesebre: «Porque delante del pesebre nos descubrimos amados, saboreamos el sentido genuino de la vida. Y contemplando en silencio, dejamos que Jesús nos hable al corazón». Aprovechó también para lanzar una crítica a las «banalidades corrosivas del consumo» que se han adueñado de la Navidad, así como a la «ruidosa confusión de la publicidad», y reservar cada día «un momento de silencio con Dios» frente «a la abundancia de palabras vacías y las olas impetuosas de las murmuraciones y quejas».
Bergoglio destacó entonces que en el Evangelio «María no habla. No nos menciona ni tan siquiera una sola palabra suya en todo el relato de la Navidad. También en esto la Madre está unida al Hijo: Jesús es infante, es decir ‘‘sin palabra’’», señaló.
«El Dios ante el cual se guarda silencio es un niño que no habla. Su majestad es sin palabras, su misterio de amor se revela en la pequeñez. Esta pequeñez silenciosa es el lenguaje de su realeza. La Madre se asocia al Hijo y custodia en el silencio», añadió. Después de la misa, unos 40 mil fieles felicitaron al Papa el nuevo año en la plaza de San Pedro y escucharon el primer ángelus de 2018. «La Virgen nos hace comprender cómo debe acogerse el evento de la Navidad: no superficialmente, sino en el corazón. Nos indica el verdadero modo de recibir el regalo de Dios: conservarlo en el corazón y meditarlo», dijo al explicar el significado de la fiesta del día. En concreto, afirmó que se trata de una «invitación dirigida a cada uno de nosotros para rezar contemplando y disfrutando de este regalo que el mismo Jesús nos da».
El Papa Francisco dedicó una parte a hablar de nuevo de la maternidad de María, pero también de la Jornada Mundial de la Paz que la Iglesia celebra cada primer día de enero.
Bajo el lema de este año, «migrantes y refugiados: hombres y mujeres en busca de paz», el Papa pidió defender y proteger a los millones de migrantes y refugiados y «no sofocar sus expectativas de paz».
Francisco hizo un llamamiento a la población, así como a las «instituciones civiles», y a la «realidad educativa, asistencial y eclesial» para comprometerse a que refugiados y migrantes tengan «un futuro de paz».
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