Chile
El tesorero del Vaticano, procesado por abusos sexuales
George Pell será juzgado en Australia por «múltiples acusaciones de delitos» de los que se ha declarado inocente.
George Pell será juzgado en Australia por «múltiples acusaciones de delitos» de los que se ha declarado inocente.
álvaro de juana -
unque siempre se ha declarado inocente de los presuntos abusos sexuales a menores y encubrimiento que se le imputan, el cardenal australiano George Pell será finalmente juzgado. Así lo ha decidido un tribunal australiano a través de la jueza Belinda Wallington, que comunicó la decisión a las puertas del Tribunal de Magistrados de Melbourne, la capital del Estado de Victoria. Es el resultado final de un largo proceso que comenzó el pasado 5 de marzo pero que desde hace años ha estado presente en la realidad de la Iglesia australiana.
El purpurado, de 77 años, era hasta hace poco el responsable de las finanzas del Vaticano, un encargo otorgado por el mismo Papa Francisco y que siempre confió en él para sanearle las cuentas vaticanas y dotarlas de la mayor transparencia posible. Sin embargo, su mandato al frente de la Secretaría de Economía se ha visto finalmente enturbiado al ser llamado a declarar en Australia.
En este proceso, el Pontífice le autorizó a regresar a su país y probar su inocencia, quedando en «stand by» su alta responsabilidad en la Santa Sede y en espera del veredicto final, lo que se puede traducir en una especie de «excedencia». Cabe destacar que el Pontífice siempre ha mostrado su apoyo al mismo y confiado en que se resuelva todo lo antes posible. Pell también forma parte del llamado C9, el Consejo de cardenales que asesora a Bergoglio en la reforma de la curia y en otras cuestiones de la Iglesia universal.
El proceso contra el cardenal comenzó después de que declarara hasta en tres ocasiones como testigo ante la Comisión Real que investigó la respuesta de las instituciones públicas y religiosas de Australia a los abusos sexuales de menores cometidos en su seno. Por el momento, lo único que se conoce es que el cardenal deberá responder «a las múltiples acusaciones de delitos querellantes», según el fallo de Wallington, quien además habría desestimado otras siete vinculadas a otro querellante. Aunque las pruebas se mantienen en secreto, sí se conocen algunos detalles de las acusaciones. Una de ellas tiene que ver con su etapa como arzobispo de Melbourne en los años 90, y otra cuando era sacerdote de Ballarat, su ciudad natal, en la década de los 70.
El caso de Pell coincide estos días con la visita al Papa Francisco de tres víctimas chilenas de abusos sexuales por parte del clero de su país, en concreto del sacerdote Fernando Karadima, que fue hallado culpable y condenado. Sin embargo, son varios los afectados que piden investigar también a Juan Barros, que fue nombrado obispo de Osorno por el mismo Francisco, al asegurar que conoció los abusos y los encubrió, y no tomó medidas para evitarlos.
El Pontífice afirmó en varias ocasiones que no existían pruebas concretas contra este obispo, y en la visita que efectuó en el mes de enero a Chile, revalidó su posición. Esto propició que varios afectados alzasen su voz y le respondieran que estaban dispuestas a demostrar la culpabilidad del obispo. Francisco envió entonces a Monseñor Charles Scicluna, arzobispo de Malta y uno de los mayores expertos en la lucha contra los abusos del clero, que escuchó a las víctimas en Chile y Nueva York durante varios días y elaboró un informe de 2.300 páginas que entregó al Papa.
La primera consecuencia fue una carta al episcopado chileno en la que Francisco reconoció errores de valoración y pedía perdón a las víctimas, además de convocar a los prelados a una reunión en Roma y prometer acciones contundentes. Entre ellas podría estar el apartar algunos obispos e incluso al nuncio apostólico en Chile. Las tres víctimas han agradecido el cariño del Pontífice y expresado el deseo de que sanen sus heridas.
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