Encuentro con Kirchner antes de la entronización

Buenos Aires- La misa de iniciación al pontificado también se convertirá, de forma paralela, en una cumbre que propicie el acercamiento entre la Iglesia y el Gobierno argentino. El propio Francisco ha intercedido para que la presidenta Cristina Fernández reciba todos los honores. De hecho, la delegación argentina estará compuesta por 13 miembros y no 4, como el resto de países.

Además, la presidenta tendrá un lugar privilegiado en el palco de autoridades, a un costado del altar en la plaza San Pedro desde el que oficiará misa el Papa. A finalizar la misa, Kirchner tiene un encuentro pautado en la basílica de San Pedro, con el Sumo Pontífice, según el comunicado de la Casa Rosada. Sobre la mesa están las discusiones sobre la pobreza, la pelea con el campo y la aprobación del matrimonio homosexual. Después de protagonizar algunos roces con el cardenal y ahora Papa, el ex presidente Néstor Kirchner comenzó a entrever en 2005 a Bergoglio como el articulador de un proyecto opositor. El ex mandatario llegó a decir: «Nuestro Dios es de todos, pero cuidado que el diablo también llega a todos, a los que usamos pantalones y a los que usan sotanas».

Al asumir la presidencia, Cristina Fernández, en 2007, las cosas no fueron mucho mejores. La conducción del Episcopado mantuvo una reunión por primera vez con la Jefa de Estado semanas después de su asunción. El primer enfrentamiento de la Iglesia con Cristina ocurrió en 2008, cuando Bergolio tuvo un encuentro con Julio Cobos, el vicepresidente disidente, en medio del conflicto con el campo. En 2009 Benedicto XVI llamó a terminar con el «escándalo» de la pobreza en Argentina, a lo que el cardenal acotó: «El país no se hace cargo de la gente».

La aprobación de la ley de matrimonio homosexual en 2010 fue el momento más tenso de la relación. Bergoglio encabezó la marcha contra el casamiento gay y pidió a los sacerdotes que «resalten el valor de la familia». El debate por el aborto no llegó a profundizar los cruces porque Cristina ordenó frenar la polémica guía que promovía la interrupción del embarazo.