Religion
Garabandal: Sólo Dios lo sabe
La historia de las apariciones marianas en esta aldea cántabra llega a la gran pantalla por primera vez. Se estrenará en febrero de 2018
La historia de las apariciones marianas en esta aldea cántabra llega a la gran pantalla por primera vez. Se estrenará en febrero de 2018.
La Santa Sede no se ha pronunciado todavía sobre las apariciones marianas de Garabandal pero eso no ha rebajado ni un ápice la devoción popular que despiertan. San Sebastián de Garabandal, pese a ser un pequeña aldea cántabra de callejuelas empedradas y poco más de 100 casas, sigue acogiendo año tras año a miles de fieles de todo el mundo desde 1961, cuando la Virgen se apareció por primera vez a cuatro niñas del pueblo: Conchita, Jacinta, Mari Loli y Mari Cruz. Los hechos sobrenaturales que allí tuvieron lugar despertaron la curiosidad primero y después el fervor de muchas personas. Hasta el punto de que la BBC decidió reflejarlos en un documental. ¡Incluso la Santa Madre Teresa de Calcuta se interesó por el proyecto! Esta monja creyó de corazón la veracidad de las apariciones e, incluso, mantuvo una relación de amistad con una de las niñas, Conchita. Pero eso fue en los años 80 y, aunque mucha gente sigue acercándose a Garabandal para acercarse así un poco más a la Virgen, un grupo de españoles ha querido dar un paso más para difundir la historia de Conchita, Jacinta, Mari Loli y Mari Cruz, las elegidas por la Madre de Dios como trasmisoras de su mensaje, y que así no caiga en el olvido.
Lo han hecho a través de una película: «Garabandal, sólo Dios lo sabe»,producida por Mater Spei A. I. E, y que se estrenará el 2 de febrero del próximo año. En un tiempo récord, apenas 27 días, se grabó este filme cuyo tráiler ha corrido como la espuma en redes sociales desde que se hizo público a principios de este mes. Es tal el interés que ha suscitado que 23 países, además de España, han enviado una petición para proyectarla en sus cines. Algo sorprendente teniendo en cuenta que no es una súper producción y que no hay ninguna súper estrella en su reparto. Es más, sus 300 intérpretes son voluntarios sin ninguna vinculación con el cine. Es tal su amor por la Virgen que colaboraron también económicamente, llegando a pagarse su estancia en Cantabria los días que duró la grabación.
La película comienza rememorando aquel 8 de junio de 1961. Ese día, Conchita, Jacinta, Mari Loli y Mari Cruz afirmaron haber tenido una aparición de san Miguel Arcángel. Días después, el 2 de julio de 1961, recibieron la visita de la Virgen del Carmen. Tras esta primera vez, se siguieron más de 2.000 encuentros con la celestial Señora. El párroco del pueblo, don Valentín –protagonizado por Rafael Samino–y el brigada de la Guardia Civil, don Juan Álvarez Seco –interpretado por Fernando García Linares– se encontraron súbitamente implicados como protagonistas en un acontecimiento que les desbordó, tratando de comprender dónde está la verdad, frente a una jerarquía perpleja, y ante una multitud cada vez más creciente de personas que acuden al pueblo en busca de respuestas.
Belén Garde, Teresa Carrasco, Miriam Rodríguez y Blanca Cogolludo interpretan a las cuatro jóvenes de las apariciones de Garabandal. Según cuentan, uno de los retos más difíciles del rodaje fue afrontar en cada grabación las posturas y movimientos de las niñas de Garabandal durante los éxtasis. Javier Paredes, que interpreta el papel de Monseñor Ortega –un personaje ficticio que no se identifica con ningún obispo en particular de la historia de Garabandal, sino que resume la posición oficial de la jerarquía desde 1962–, asegura que cuando le propusieron formar parte del reparto aceptó «encantado».
Este Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá estudia desde hace tiempo el papel de las apariciones marianas a partir del siglo XIX. En el prólogo del libro «Madre de Dios y Madre Nuestra» del autor Santiago Lanús, Paredes resalta que las apariciones constituyen una clave importantísima para comprender el mundo actual. Así, argumenta, a partir de la Edad Contemporánea la Virgen se aparece de manera diferente a como lo había hecho hasta entonces: antes se aparecía a personajes notorios como Santiago Apóstol y a partir del siglo XIX a niños. Lo que significa, que «no quiere comunicar algo particular a un vidente sino trasmitir a la humanidad lo que el Cielo quiere de nosotros. Y esa petición no es otra que la de oración, penitencia y eucaristía».
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