Religion

«Hagamos que la familia tenga el protagonismo»

«Hagamos que la familia tenga el protagonismo»
«Hagamos que la familia tenga el protagonismo»larazon

El arzobispo de Madrid la reivindica como «la escuela de humanidad más hermosa» y reclama que se la cuide.

La familia Alonso Salinas, que pasaba estos días en Madrid –es de Yecla (Murcia)–, se encontró ayer con una grata sorpresa en la catedral de la Almudena: al arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, impartiendo la bendición. Sabían que era la Fiesta de la Familia e iban a celebrarla, pero no que tendrían la posibilidad de ser recibidos nada más y nada menos que por el obispo. Fue una bendición que se extendió a lo largo de tres generaciones y a un futuro nieto o nieta, ahora en el vientre de su madre. «Siempre que venimos a Madrid, pasamos por la Almudena. Y hoy queremos celebrar el sentido cristiano de la familia. Somos de las comunidades neocatecumenales y tenemos muy arraigada la importancia de la familia cristiana», explican los abuelos, con galones para hacer de portavoces en esta ocasión.

Otra de las familias decidió participar en este evento después de la invitación que recibieron en sus parroquias. «Vamos a misa todos los domingos y hoy estamos aquí porque es una buena ocasión para reivindicar la familia cristiana. Además, el obispos ha estado muy cercano y cariñoso con nosotros», explican.

Como éstas, miles de familias –imposible calcular un número exacto, afirman fuentes del Arzobispado de Madrid– fueron bendecidas ayer por el arzobispo madrileño desde las nueve de la mañana y con tan sólo un parón para presidir la eucaristía, que empezó con retraso pues atendió a todos los que se habían congregado hasta que se suspendió la fila de bendiciones en torno a las 11:30 horas. Durante cada encuentro entre familia y obispo, Osoro repartió, además de la bendición, láminas para pintar a los niños y una pequeña estampita con un dibujo propio y un mensaje para la ocasión: «En nuestra familia se nace y se vive en la atmósfera del amor, perdón, entrega, alegría, compromiso con los que más necesitan. Lo aprendemos mirando a la Sagrada Familia. +Carlos».

Sobre esta misma idea insistió después en una homilía improvisada en la que destacó tres aspectos esenciales a tener en cuenta sobre la familia. El primero tiene que ver con los padres y las madres, «las laderas» imprescindibles «para venir a la existencia». «Ha sido maravilloso leer cómo la familia se inicia precisamente con el padre y la madre, con los esposos que se dan gratuitamente como se da Dios a los hombres. Un hombre y una mujer con rostro concreto hicieron posible que nosotros estemos aquí en este mundo, cómo no honrar al padre y la madre, cómo no respetarlos», añadió.

Tras afirmar que «Dios creó todo al servicio de la familia» y decir que sin Él «perdemos todo», volvió a insistir en la necesidad de reconocer la importancia de «las laderas» que son los padres y las madres porque «el que las valora acumula grandes tesoros».

En segundo lugar, el prelado invitó a todos los presentes a realizar «un cántico a la familia con la vida propia». Es aquí donde puso de manifiesto los valores de «misericordia, bondad, humildad, perdón...». «La familia es la escuela de humanidad más hermosa», añadió.

En tercer y último lugar, el arzobispo pidió a las familias que «sean misioneras» y, por tanto, «el templo vivo de un Dios que quiere comunicarse». «Familias misioneras en las que Jesús nos describe dónde está la clave. Convertid vuestros hogares en esa casa de la que Jesús habla. Nunca tengáis vergüenza de terminar el día pidiendo perdón, eso crea perpetuidad».

Fue en este contexto, cuando reclamó para la familia el protagonismo que merece y que debe ser construido por ella misma: «Cuidad la familia, hagamos que la familia tenga el protagonismo; un protagonismo que es sanador de la existencia y de la convivencia humana. Es sanador porque asume la presencia de Dios y entrega el abrazo de Dios, entrega en definitiva la misericordia», exclamó durante la homilía.

También tuvo palabras para el Papa Francisco, representado ayer en la catedral madrileña por el nuncio Renzo Fratini, a quien Osoro agradeció su presencia. Recordó el prelado la gran aportación que Bergoglio ha realizado a la institución desde su llegada a la sede de Pedro, en la que destacan los dos sínodos que convocó, así como las numerosas intervenciones al respecto.

Su intervención fue una continuación a la catequesis que había pronunciado la víspera en el mismo templo, a través de la que explicó «la grandeza y la belleza que Jesús da a la familia». «El amor de Dios quiso salir de sí mismo, por eso Dios creó el mundo y lo más hermoso que creó en el mundo fue la familia. Creó el hombre y la mujer y les dio todo para ellos. Se lo dio todo a una familia», afirmó.

Con las familias desahuciadas

Tras la eucaristía dominical, y mientras continuaban las bendiciones personales, la fiesta se trasladó al exterior de la catedral, donde los niños pudieron degustar un chocolate caliente –muy apropiado para una jornada fría como la de ayer– y disfrutar de una representación de títeres acorde a la ocasión. Así lo hizo saber el delegado de Familia de la Archidiócesis de Madrid, Fernando Simón, que recordó «la gran obra de misericordia» que la Iglesia en la capital de España ha realizado con motivo de esta fiesta. Se trata de la recogida de donativos durante todo el tiempo de Adviento, y también durante el día de ayer, que se entregará a Cáritas para que ayude a familias con situaciones económicas complicadas y con peligro de ser desahuciadas de sus casas. «Sois el gran tesoro de la Iglesia», dijo Simón a las familias congregadas en Madrid.

Por la tarde, continuaron las actividades en torno a la familia con más bendiciones por parte de Carlos Osoro, una de ellas general para todas las familias que no quisieron esperar las largas colas. Los actos programados, que comenzaron el sábado, concluyeron con el rezo de Vísperas, con una bendición de los novios y con un recital del Coro de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid 2011.

Al igual que en Madrid, la fiesta de la Sagrada Familia se celebró en todas las diócesis de nuestro país, desde Santiago de Compostela a Murcia. También en Barcelona, donde el nuevo arzobispo, Juan José Omella, presidió la eucaristía del día en la Sagrada Familia.