Roma
La misión también es cosa de niños
Los Príncipes recibieron ayer a los impulsores de la Infancia Misionera, que cumple 170 años
Los Príncipes de Asturias recibieron ayer en La Zarzuela a los tres niños ganadores del concurso de dibujo que conmemora el 170 aniversario de la Obra Pontificia de Infancia Misionera, que se celebrará el próximo domingo 27 de enero. Unos jóvenes estudiantes que representan a los miles de niños que en nuestro país colaboran con su oración y con sus donativos a dar a conocer la labor de los misioneros presentes en los cinco continentes.
Don Felipe y Doña Letizia pudieron valorar de primera mano, entre otros, el dibujo de Jeroni López Fernández, un mallorquín de ocho años que ha logrado el primer premio con un dibujo que el jurado ha considerado «el más original y llamativo», por mostrar conceptualmente el lema que vertebra el ser y el hacer de la Infancia Misionera: «Niños que ayudan a otros niños».
«El mensaje que hay que enviar a los niños españoles es que no se tienen que quedar aislados en sus propios intereses, en su grupo de amigos del colegio o en sus videojuegos. Para ello, los educadores, sean los padres, catequistas o profesores, están llamados a desarrollar en ellos la capacidad que tiene la fe católica de contagiarse y difundirse a los demás», explica el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza, que acudió como presidente de la comisión episcopal de Misiones.
«Los niños son los colaboradores del Papa en esta misión», remarcó ante los Príncipes la secretaria general de Infancia Misionera en Roma, Baptistine Rambalou. Durante la recepción, los niños le entregaron a Don Felipe y Doña Letizia una réplica de sus dibujos, además de llevar unas huchas del Domund como regalo para las Infantas Leonor y Sofía. «Es de agradecer la sensibilidad de la Casa Real, no sólo por el concurso, sino por su permeabilidad a la hora de atender aquellas labores que desde España llevan a cabo los niños», comenta tras el encuentro el director de las Obras Misionales Pontificias de España, Anastasio Gil. Lo cierto es que este compromiso de Zarzuela con esta obra de la Iglesia viene de lejos, pues fue introducida en España por Isabel II, en la Basílica de Nuestra Señora de Atocha, en 1852 siendo su hijo, el que se convertiría en Alfonso XII, el primer miembro español de la Infancia Misionera.
Gil subraya cómo los niños «ayudan no por imperativo legal, sino porque lo llevan en su interior. Por eso, aquellos planteamientos educativos o ideológicos que cortan las alas a la generosidad de los menores hacen un flaco favor».
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