Papa
Los retos que debe afrontar
El 80 cumpleaños del papa Francisco, a sólo tres años de su elección, nos hablan de una necesaria premura en las realizaciones de su pontificado. Francisco debe afrontar, en los años que le queden, por un lado el gobierno cotidiano de la Iglesia a expensas de las situaciones políticas y eclesiales que puedan ir surgiendo en cada momento. Esto es, la renovación de los obispos, el impulso de la actividad misionera de la Iglesia católica, la participación de la Iglesia en las instituciones internacionales, la actividad papal de mediación en los conflictos, la atención a las comunidades católicas emergentes de continentes como el africano o el asiático, así como la concienciación del primer mundo hacia los más pobres, desplazados y oprimidos.
Desde el punto de vista de las ideas, seguir apostando por la paz, el cuidado de la creación, el diálogo con el mundo y dar respuestas a algunas cuestiones como la ideología de género, que es el nuevo caballo de batalla de la secularización. Por otro lado, debe decidir si quiere que su obra reformadora pueda ser continuada por el próximo pontífice o prefiere dejarle las manos libres.
Es decir, la reforma económica que ha emprendido de las finanzas vaticanas en la línea de la transparencia, la reforma de la Curia tanto en su organización, simplificación, como en la cultura de trabajo, la ampliación colegial y sinodal del gobierno de la Iglesia –tareas recibidas de su predecesor y otras encomendadas por los cardenales electores–, deberían llevarse a término en este pontificado o hacerse inevitables por haber puesto en marcha estructuras sólidas con líneas de trabajo claras y realizaciones patentes, dirigidas por prelados que puedan tener una continuidad (por edad y capacidad) en este pontificado y, presumiblemente, en el siguiente. Dios dirá.
*Profesor de Teología de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra
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