Historia

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Sor Patrocinio, la monja de vida admirable que fue boicoteada

Esta religiosa concepcionista, amiga de Isabel II y visionaria de la Virgen, sufrió la persecución por parte de los liberales.

El Convento de las Concepcionistas Franciscanas de Madrid acogió la presentación de la cuarta edición de la biografía de Sor Patrocinio
El Convento de las Concepcionistas Franciscanas de Madrid acogió la presentación de la cuarta edición de la biografía de Sor Patrociniolarazon

Esta religiosa concepcionista, amiga de Isabel II y visionaria de la Virgen, sufrió la persecución por parte de los liberales.

La Historia no ha hecho justicia a sor María de los Dolores y Patrocinio, conocida popularmente como sor Patrocinio (1811-1891). Los liberales de entonces mancharon su imagen con calumnias y la retrataron como «una monja embaucadora, milagrera y política, protegida por una reina casquivana», Isabel II. Una terrible imagen que ha permanecido a lo largo de los siglos, pese a que no se corresponde en absoluto con la realidad. Pero hay una persona que en su labor como historiador ha ido tejiendo la verdad en torno a esta religiosa concepcionista franciscana y que, en su faceta como católico, además, ha querido difundirla. Él es Javier Paredes, profesor de Historia Contemporánea, quien descubre que Sor Patrocinio «no es la monja politiquera que supuestamente manejaba a Isabel II, ni la religiosa que se inventó sus llagas, éxtasis y visiones para favorecer al bando carlista en un primer momento y luego a la reina». Por el contrario, sí es la bella joven que cautivó a los escritores Larra y Olózaga; la monja que fundó 18 conventos y colegios para niñas pobres, a la que se apareció la Virgen –como aprobó el Papa Gregorio XVI–, que tenía llagas, certificadas por el médico más prestigioso de la época, además de otros dones, y que, sin apenas educación, escribió novelas.

Paredes lo documentó en 2016 en el libro «Las llagas de la monja» (San Román) y ahora ha dado un paso más editando e incluyendo notas aclaratorias en la cuarta edición de la biografía de esta religiosa «Vida admirable: sor María de los Dolores y Patrocinio» (San Román), que escribió en 1925 Sor Isabel de Jesús, su secretaria y religiosa de la misma congregación.

El historiador presentó esta cuarta edición el jueves en el convento del Caballero de Gracia que tiene la comunidad de las Concepcionistas Franciscanas en la calle Blasco de Garay de Madrid. Estuvo arropado por varios amigos como el director de LA RAZÓN, Francisco Marhuenda; el diputado y ex ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz; la Señora de la Casa de Rubianes y Marquesa de Aranda, Beatriz Ozores; además de por el párroco del Santísimo Cristo de la Victoria, Alfredo Jiménez y las religiosas concepcionistas, las Reverendísimas Madre María del Carmen Mariñas y Madre Gilma Salgado.

Aunque la biografía de Sor Patrocinio cuenta con numerosos aspectos reseñables, es conocida, sobre todo, por la relación de amistad y protección que mantuvo hacia Isabel II, hija de Fernando VII. Pese a que se dice que influyó en las decisiones políticas del momento, realmente no fue así. No ejerció ni quiso ejercer ese predominio político, pero es cierto que aconsejó sobre asuntos generales de la Iglesia a la entonces Reina, como cuando le puso en sobre aviso de la conveniencia de pedir al Papa que nombrase al menos tres cardenales españoles, en un momento en que no había ninguno.

Lo que sí propició, junto con el padre Claret y la madre Micaela del Santísimo Sacramento –las personas mas cercanas a en la Corte–, fue que Isabel II mantuviera hasta su muerte un corazón cristiano. «Y me atrevo a decir que su marido, Francisco de Asís de Borbón, también, aunque de él si dijera que dormía en camisón», bromeó el ex ministro Jorge Fernández Díaz.

El punto de inflexión en su vida, no obstante, se produjo el 13 de agosto de 1831, cuando se le aparece por primera vez la Virgen estando ella en el coro de la iglesia junto con sus hermanas concepcionistas del convento de Caballero de Gracia, de Madrid. La Virgen le deja una imagen suya bajo la advocación del Olvido, Triunfos y Misericordias y le pide que se le diese culto. Fue el momento en que el demonio dejó de atacarle, pues venía atormentándola con violencia, pero también fue el inicio de una campaña en su contra que le llevaría al destierro. Tuvo que marcharse de Madrid, ciudad convertida en foco de devoción popular a raíz de las apariciones, pero la imagen se hizo viajera con Sor Patrocinio en ese destierro que duró más de 20 años. Y desde 1891, permanece en el convento de las concepcionistas en Guadalajara.

Con el fin de parar la persecución de esta monja, que según Paredes «continúa», se edita la cuarta edición de su biografía. Que también sirve para recuperarla como valor y ejemplo cristiano y, como no, para impulsar su proceso de beatificación, que comenzó en 1907.