Boston
Tolerancia vaticana cero contra los abusos
Francisco respalda al G-8 para crear una comisión contra la pederastia. Habrá laicos y mujeres en el grupo de expertos
La renovación y limpieza que el Papa Francisco tiene en mente para la Iglesia católica no podía pasar por alto una de las grandes llagas de la comunidad cristiana en las últimas décadas: los abusos sexuales a menores cometidos por sacerdotes y religiosos. Para proteger a los niños y atender a las víctimas de los casos de pederastia, el Vaticano creará una comisión específica, que informará al Pontífice de todo lo que tiene que ver con este problema y que se encargará de coordinar la colaboración con las autoridades civiles.
La instauración de este grupo formado por expertos internacionales y en el que habrá laicos y mujeres se decidió en los tres días de reuniones que acabaron ayer entre Francisco y los ocho purpurados que forman parte del Consejo de Cardenales.
Este organismo destinado a ayudarle en el gobierno de la Iglesia y en la reforma de la Santa Sede ya se encontró con el Pontífice el pasado mes de octubre y volverá a hacerlo el próximo mes de febrero, en los tres días precedentes al primer consistorio para la creación de cardenales del Papa Francisco, que se celebrará el día 22. Se espera que antes de esa fecha se publique el documento con el que se instituirá formalmente la nueva comisión y se detallarán sus responsabilidades, así como los nombres de sus diferentes componentes.
Dio la noticia ayer del nacimiento de este grupo destinado a luchar contra la pederastia uno de los miembros del Consejo de cardenales, el estadounidense Seán Patrick O'Malley, arzobispo de Boston y presente en las quinielas de «papables» en el último cónclave. El capuchino O'Malley, quien se distinguió por la lucha contra los abusos sexuales que llevó a cabo en Boston y en las diócesis anteriores que tuvo a su cargo, reconoció que tanto él como los otros componentes del Consejo de cardenales estaban «entusiasmados» con este nuevo organismo, cuya raíz situó en el pontificado de Benedicto XVI.
Tres líneas de trabajo
La comisión, tal y como detalló O'Malley, aconsejará al Papa Francisco sobre qué debe hacer la Santa Sede para «proteger a los muchachos» y brindar una «atención pastoral para las víctimas de los abusos».
Tiene tres líneas específicas de trabajo. La primera es informar acerca del «estado actual de los programas para proteger a la infancia».
La segunda, hacer sugerencias para que partan «nuevas iniciativas» de la Curia romana, «en colaboración con los obispos, las conferencias episcopales» y la vida religiosa para afrontar estos problemas.
El último punto de trabajo de la comisión contra la pederastia será el de proponer los nombres de expertos para llevar adelante estas nuevas iniciativas. En la lista de estos peritos debe haber «laicos, religiosos, religiosas y sacerdotes» con experiencia en los protocolos de seguridad para menores, la relación con las víctimas, la salud mental y las implicaciones legales.
El gesto de transparencia de los legionarios
Todo sacerdote de la Legión de Cristo que cometa abusos a menores, «si no es reducido al estado laical», se le excluirá de la posibilidad de ejercer su ministerio con menores o, si es el caso, de todo ejercicio público del ministerio sacerdotal. Así lo desvela un comunicado difundido ayer por la congregración basado en una misiva del padre Sylvester Heereman, pro-director general de la Legión. En un ejercicio de transparencia, la congregación desgrana la situación de los porcesos judiciales por estos asuntos. Así, de los 35 sacerdotes que han sido acusados de abuso sexual de menores, nueve fueron hallados culpables. Desde su fundación, la Legión ha ordenado 1.133 sacerdotes, de los que sólo el 0,8% han sido declarados culpables.
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