Cerco a la corrupción

Rita Barberá y la doble vara de Pedro Sánchez

La Razón
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Parece que la resistencia de la actual senadora popular, Rita Barberá, a someterse al ritual de «acoso y derribo» que forma parte de las investigaciones judiciales sobre los casos de corrupción, especialmente los que afectan al PP, está suscitando la general perplejidad. Pero no hay tal. La ex alcaldesa de Valencia es una mujer notable y una política de raza cuya entrega al servicio público está archidemostrada. Es, además, fundadora del Partido Popular y fue siempre uno de sus principales activos, entre otras cuestiones porque nunca ha callado sus opiniones cuando creía que era conveniente expresarlas. Sus reiteradas victorias electorales sobre la izquierda y los nacionalistas la han convertido, sin duda, en uno de los objetivos a batir por quienes nunca la han vencido en las urnas. Rita Barberá, que afirma que es inocente y reclama su derecho a la presunción de inocencia, sabe perfectamente qué debe hacer en su situación y hará lo que mejor convenga a los ciudadanos y a su partido, pero ninguna ley, ni reglamento interno, la obliga a entregar su acta por una simple apertura de investigación. Y ello por más que se empeñe Pedro Sánchez, ducho en el arte de la doble vara de medir y que, en el caso de los ex presidentes andaluces José Antonio Griñán y Manuel Chaves, decía exactamente lo contrario.