Coronavirus
Respiradores ineficaces: Solo unas decenas de los miles comprados por Sanidad sirven para las UCIS
La mayoría de los adquiridos hasta el 9 de abril son de transporte, no aptos para enfermos Covid-19 graves, poco precisos o registran subidas de presión inesperadas. España pagó 52,6 millones por todos ellos
Entre el 26 de marzo y el 9 de abril, la mayor parte de los hospitales españoles entró en un estado de colapso y las Unidades de Cuidados Intensivos (UCIS) pasaron de atender a 3.679 enfermos graves a asistir al doble: 7.069 el día 7 porque Sanidad no dio ese dato el 8, ni el 9, ni el 10.
La falta de equipos tecnológicos adecuados o de especialistas, al estar ya muchos infectados o en cuarentena, forzó a numerosos médicos a tener que aplicar triajes, lo que equivale a decir que se vieron en la obligación de decidir qué pacientes en estado crítico podían recibir atención ultraespecializada y cuáles no según sus posibilidades de supervivencia. Es justo en esos días, en medio de la alerta general, cuando el Ministerio se lanzó a adquirir algunos equipos básicos para la atención de los enfermos, especialmente dispositivos de ventilación mecánica, llamados respiradores.
Lo hizo a través del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), un organismo nada habituado a negociar en los mercados internacionales y, por lo que se ha visto, poco certero también a la hora de elegir aparatos eficaces para el auxilio de los intensivistas, anestesiólogos y enfermeras especializadas a cargo de unidades de críticos u otros servicios análogos. En total, gastó 52,6 millones.
De los miles de equipos adquiridos en esos días fatídicos que transcurrieron entre el 26 de marzo y el 9 de abril, apenas unos pocos son verdaderamente aptos para su uso en las UCIS, según los especialistas con los que ha consultado LA RAZÓN. El resto, o constituyen un mero auxilio, o registran subidas de presión inesperadas, o son poco precisos, u ofrecen mala ventilación o, simplemente, son inservibles para las UCIS. Este es el resumen de las compras que se hicieron esos fatídicos días:
26 de marzo: 1.000 respiradores inservibles para las UCIs
Esa fecha el Ingesa firmó un contrato con Sysmed, una de las empresas en principio de «dirección desconocida» que luego se supo que estaba domiciliada en China. El organismo dependiente del Ministerio de Sanidad adquirió 1.000 dispositivos de ventilación mecánica BPAP30 Pro Bilevel CPAP. El coste total de la operación fue de 1,010 millones de euros, por lo que cada equipo costó 1.010 euros.
Ingesa aseguraba en la memoria justificativa de este contrato de emergencia que «una de las necesidades del mencionado procedimiento es poner dispositivos de ventilación mecánica a disposición de las unidades de cuidados intensivos en las que muchos de los pacientes afectados por el Covid-19 se encuentran ingresados. Por lo tanto, tener a disposición del Sistema Nacional de Salud estos equipos debe considerarse como una prioridad en estos momentos, ya que permitiría proporcionar a los pacientes en los centros hospitalarios, especialmente los casos más graves, la asistencia adecuada».
Ahora bien. ¿Sirven estos aparatos para las UCIS? Tal y como informó este periódico, los especialistas consultados aseguran que no. Un anestesiólogo de un gran hospital de Madrid considera que «los respiradores que se usan para transportar enfermos no valen para realizar ventilación mecánica en pacientes con SARS-CoV-2 porque los pulmones se vuelven rígidos por la fibrosis y la inflamación.
Por tanto, se requiere de un respirador potente y con diferentes patrones de ventilación para adaptarlo a la evolución pulmonar. Estos respiradores de traslado están contraindicados en UCI y solamente podrían usarse para un momento puntual, como un traslado». Un intensivista de otro hospital de Madrid confirma que estos aparatos son de ventilación no invasiva, se usan con mascarillas y sirven para la apnea del sueño y algunos tipos de bronquitis crónica, pero no valen para tratar la hipoxemia de una neumonía; es decir, «no son aptos para los pacientes con Covid».
30 de marzo: la única compra certera, 174 equipos aptos
Ese día, la inspiración se apoderó del Ingesa, al firmar con Getinge Group Spain la compra de 174 equipos aptos para las UCIS. En concreto, adquirió 62 respiradores Servo-u a un precio unitario de 24.000 euros, por lo que desembolsó 1,488 millones de euros. También compró 60 respiradores Servo-i a un precio cada uno de 18.000 euros, por lo que abonó 1,08 millones, y 52 respiradores Servo Air por 18.000 euros cada uno, por lo que el coste fue de 936.000 euros.
En total, incluyendo el IVA, España se gastó 4,239 millones de euros. Un intensivista consultado por este periódico asegura que el servo-u es de gama alta, el servo-i es bastante antiguo y el servo air es un modelo básico pero útil. En general, todos ellos superan el examen de los especialistas.
31 de marzo: 10 dispositivos para transporte y alguna urgencia
Ese día, el Ingesa acordó la compra de 10 dispositivos de ventilación mecánica con MJ Steps, la polémica empresa que proporcionó hisopos para los test a precios desorbitados. Los dispositivos son SH 300 y cada uno costó 46.830, muy por encima del precio de mercado, ya que pueden encontrarse estos mismos u otros equivalentes por 20.000 a lo sumo. En total, las arcas públicas pagaron por todos ellos 468.300 euros. El precio de dispositivos parecidos como el Dräger Oxylog o el V60 de Respironics (Phillips) ronda los 16.000.
Se trata, de acuerdo con los especialistas consultados por LA RAZÓN, de dispositivos de transporte que podrían usarse en UCIS unas pocas horas en caso de una urgencia, pero no durante varios días enteros.
3 de abril: 26 estaciones de servicio y dos ventiladores de anestesia, no de UCI
Dicho día se firmó un contrato con una empresa seria en el sector, Dräger. En total, el Estado pagó 968.245 euros por 26 estaciones de anestesia Primus IE con monitor hemodinámico Delta XL y por cuatro respiradores, uno de Anestesia Primus IE y otro V800. Un anestesiólogo consultado por este periódico asegura que los ventiladores de la serie Primus IE «son idóneos para la ventilación pulmonar durante la anestesia general en quirófano.
Para utilizarlos en UCI no, porque llevan componentes que no se requieren, por ejemplo, vaporizadores para anestésicos inhalatorios y un dispositivo de absorción del dióxido de carbono llamado cal sodada». El ventilador V800 sí sería idóneo en cambio para las UCIS.
6 de abril: el escándalo de Tec Pharma
El Ingesa firma con esta empresa con sede en un pueblo de Granada, la Armilla, un contrato para la adquisición de 200 dispositivos de ventilación mecánica Eternity SH300 bajo la justificación de su necesidad para las UCIS. El coste de cada uno bate todos los récords: 49.610 euros, pese a que su valor de mercado no alcanza ni los 20.000 en el peor de los casos.
Se trata, según los especialistas consultados, de ventiladores de transporte y apenas pueden utilizarse unas pocas horas en las UCIS con enfermos de Covid-19. Nada más. Tec Pharma empezó sus operaciones en enero de 2019 con un capital social de apenas 3.000 euros. Su dueño es un ciudadano iraní, Armin Ghodsian, y el objeto social de la empres es variopinto: desde el comercio al por mayor de ordenadores a la gestión de recursos informáticos.
9 de abril: 5.000 equipos buenos pero no idóneos para las UCIS
Son los contratados con Escribano Mechanical and Engineering tras el acuerdo alcanzado con Hersill, la empresa de Móstoles a la que acudió Pedro Sánchez en pleno pico de la pandemia. El acuerdo es para la adquisición de 5.000 equipos a un precio de 7.210 euros cada uno. Se trata de aparatos Vitae 40. Según los intensivistas consultados por LA RAZÓN, son para urgencias y transporte, y al usarse en UCIS han dado problemas en hospitales por mala ventilación o subidas de presión inesperadas.
En algunos centros hubo que cambiar el software a principios de abril. Uno de sus problemas, aseguran, es que son poco precisos. Otro problema que suscitan es si son válidos para ventilar a pacientes con pulmones muy rígidos. El resumen es que sólo podrían usarse en UCIS en casos excepcionales, porque generan dudas y son para transporte.
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