Esta es la razón por la que un pez brasileño ha asombrado a los científicos de la NASA

A menudo se habla de que las mejores medicinas son las naturales, las que ofrece la propia naturaleza. Este es el caso de la tipalia, un pez de agua dulce muy consumido en Brasil y que ha supuesto una auténtica revolución en la medicina de ese país y, posiblemente, en poco tiempo la de todo el mundo.

A simple vista el pez podría pasar desapercibido, sin embargo, su capacidad para sanar y cicatrizar pieles quemadas asombró hace unos años a numerosos científicos. Desde entonces, sus capacidades sanitarias no han pasado desapercibidas y se han extendido a numerosas áreas como la odontología, la urología o la ginecología. De hecho, en esta última rama, se utiliza fundamentalmente para la reconstrucción vaginal. Tras el correspondiente proceso, la piel de la tilapia se coloca y el organismo la absorbe, transformándose en una “nueva vagina”. Aquí no termina la cosa, se espera que para este año se realicen avances en como puede ayudar el pez en problemas de cornea y perforación de tímpano.

La explicación a su milagrosa capacidad es que la piel de tilapia tiene una gran cantidad de colágeno tipo I, evita la pérdida de líquidos y tiene una humedad similar a la de la piel humana. Todos estos elementos son la base con las que cuenta cualquier crema tradicional. de esta forma, ofrece una solución para tratar las quemaduras, actualmente el proceso es mucho más costoso y doloroso, ya que suele aplicarse vendas que deben cambiarse continuamente provocando dolor en el paciente y trabajo extra. Ahora, con la piel del pez brasileño solo hay que unirla a la parte afectada. Gracias a su adherencia evita la contaminación externa y no tiene que ser removida.

Más de 500 pacientes han sido curados con este método, aunque por el momento no está contemplado dentro del sistema público de salud. Tanto es el éxito, que ya son siente países los que están interesados en hacer más estudios de este animal, entre los que incluimos la NASA, aunque aun no se sabe con intención.

El descubrimiento fue gracias al doctor Marcelo Borges, quien, en el año 2011, descubrió que la piel de este pescado era descartado para la alimentación. En su lugar, una pequeña parte de esta piel se utilizó para confeccionar accesorios como bolsos o cinturones. Borges pensó entonces que si la piel era lo suficientemente resistente y sensible como para poder hacer artículos, lo sería igual para tratar y curar casos de quemaduras. Y efectivamente así fue.

Durante tres años, el doctor Borges y el cirujano Edmar Maciel, presidente del Instituto de Apoyo a las Quemaduras, decidieron llevar a cabo una investigación más profunda de los poderes curativos de la tilapia. El resultado, como se ha podido comprobar, ha sido un éxito, lo que les ha permitido ganar numerosos premios. Es la primera vez que se utiliza un animal acuático para tratar quemaduras. Además en Europa y EE UU suele usarse piel humana o de cerdo para tratar estos casos, mientras que en Brasil solo se usan cremas. Por ello, este pez puede suponer una revolución.