Sociedad

Los ingresos hospitalarios encienden las alarmas

El sistema tiene ahora mismo capacidad de reacción, pero hay que estar atentos al aumento de ingresos en hospitales y UCI y a que no suba la edad de los contagiados

Una mujer reacciona tras someterse a una prueba PCR en un centro de Atención Primaria en Cataluña
Una mujer reacciona tras someterse a una prueba PCR en un centro de Atención Primaria en CataluñaFelipe DanaAP

Tras los meses vividos durante el confinamiento todos estamos obsesionados con el número de nuevos contagios de coronavirus que se producen en nuestro país de un día para otro, pendientes de la cifra de nuevos positivos y si ésta ha subido o no y cuánto respecto al día anterior. Y se trata de un dato muy importante, pero a la hora de valorar si estamos o no ante una segunda ola de la epidemia no es un dato determinante. Conocer el número de nuevos contagiados es fundamental, sobre todo, para tener localizados todos los casos y también para hacer un seguimiento de las personas con las que los infectados han podido establecer relación y que se les pueda hacer las correspondientes pruebas de diagnóstico, para evitar que los brotes hagan crecer la tan temida transmisión comunitaria.

En este momento de la epidemia, según informó el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, el jueves en rueda de prensa, alrededor del 60% de los nuevos positivos son asintomáticos, lo que implica «un esfuerzo importante detección» por parte de los profesionales sanitarios. En la última semana las comunidades autónomas han detectado 75.000 casos sospechosos, a los que se les ha realizado prueba PCR a un 98% de ellos. Este dato es muy bueno porque, según Simón, indica «la capacidad de reacción del sistema».

Al ser preguntado por los periodistas si estamos ante una segunda ola de la epidemia por el rápido incremento de casos que se están observando de un día para otro, Simón indicó que no podía concretarlo: «No lo sé, si esto lo es no lo parece. Lo que se detecta ahora son brotes y cierto grado de transmisión comunitaria». «Hay que ser sensatos», añadió, «ahora hay incidencias más altas pero la situación no es comparable a la que había en marzo y abril pasados», subrayó.

¿Qué es lo que determinaría entonces que estamos ante una segunda ola de la pandemia de COVID-19? El catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, Ángel Gil de Miguel, señala a LA RAZÓN que «ahora hay brotes y habrá más, el virus sigue ahí. Hay que intentar que la situación esté controlada y no haya saturación del sistema sanitario». En este sentido, considera que un indicador de una segunda ola sería la conjunción de estos factores: «mayor número de casos, más ingresos hospitalarios y en UCI e incremento de fallecidos».

Por el momento, estos factores no se dan juntos. «Los brotes se controlan en espacio y tiempo», afirma Gil de Miguel, «una vez que se detectan quedan cerrados en un plazo de un mes». No obstante, respecto a los ingresos hospitalarios confirma que «hay más casos de los que deberían».

Se triplican los ingresos

Así, en la última semana un total de 472 pacientes han tenido que ingresar en un hospital por el virus. Esto supone que la cifra se ha triplicado el último mes: en la semana del 24 al 1 de julio era de 151 personas. Según datos del Ministerio de Sanidad, la mayoría de estos ingresos han sido en Aragón (173), por la ola de brotes que está sufriendo, y que provoca la aparición de casos graves o muy graves, Madrid (73), Andalucía (44), Cataluña y Comunidad Valenciana (36 cada una). Además, en estos siete días 27 personas han pasado a UCI, diez más que hace una semana, reflejo de que los casos se complican.

Ahora mismo, el grupo más vulnerable al virus es el de los jóvenes (la edad media de los afectados en las tres últimas semanas está entre 36 y 38 años), lo que hace que los casos sean más leves, porque la mayoría son personas sanas y fuertes. Sin embargo, al catedrático Angel Gil de Miguel le preocupa lo que pueda pasar cuando esos jóvenes que ahora están de vacaciones vuelvan a su entorno «y se pongan en contacto con sus padres, abuelos, gente de otras edades». «Ahí los problemas pueden aumentar, porque crezca la transmisión comunitaria y en ese caso se produzca la segunda oleada».

Pero, además, otro de los indicadores que va a avisar de una segunda ola es precisamente ése: la edad, «que vuelvan a aumentar los casos en personas en torno a los 60 años o más», porque en ese caso los cuadros médicos serán más graves y «requerirán hospitalización, durante más tiempo, y supondrá más casos en UCI». De producirse esta situación, advierte de que es muy importante «que el sistema sanitario esté preparado para ello, y dotarle de los recursos necesarios para afrontar esa circunstancia». «En marzo pasado no se sabía a lo que nos íbamos a enfrentar, ahora sí. Los sanitarios deben estar protegidos», subraya.

Mientras no haya una vacuna (que Ángel Gil de Miguel sitúa más allá de finales del primer trimestre de 2021) «hay que advertir a la población que cumpla las medidas de prevención», incluso los más jóvenes, porque un 5% de la población tiene enfermedades crónicas, y «en esos casos el virus puede ser muy grave», por lo que reitera la importancia de ser precavidos.