Tratamiento

La vacuna de Oxford es segura en mayores, el grupo de más riesgo en la pandemia

Los efectos secundarios de la ChAdOx1 nCoV-19 fueron “leves” , según publica “The Lancet”

Brasil espera comenzar producción masiva de la vacuna de Oxford en diciembre
Vista de dos ampollas iguales con muestras de la vacunas, en el laboratorio de BioManguinhos, el instituto de producción de inmunobiológicos de la Fundación Oswaldo Cruz, en Río de Janeiro (Brasil). Brasil, uno de los países en se experimenta la vacuna contra el nuevo coronavirus desarrollada por la universidad británica de Oxford. EFE/ Antonio LacerdaAntonio LacerdaEFE

Los científicos de la Universidad de Oxford, en colaboración con la farmacéutica AstraZeneca, han conseguido un gran paso en los ensayos de la vacuna contra la Covid- 19, al demostrar una fuerte respuesta inmunitaria en adultos de entre 60 y 70 años, lo que genera esperanzas de que pueda proteger a los grupos de mayor riesgo en esta pandemia.

La Fase 2 de pruebas clínicas, cuyos resultados fueron publicados este jueves en la prestigiosa revista médica The Lancet, se llevó a cabo con 560 adultos sanos, entre ellos 240 de más de 70 años, con el objetivo de observar su impacto en el sistema inmune y posibles efectos secundarios. Los investigadores, que aseguran que los hallazgos son “alentadores”, también están trabajando en la Fase 3 para probar si la vacuna puede evitar que los individuos desarrollen el coronavirus.

Aunque se antoja bastante complejo que para finales de año haya una vacuna en el mercado, a de día de hoy, hay tres laboratorios que trabajan ya en fases muy avanzadas: Sputnik, Moderna y Pfizer-BioNTech. Éste último anunciaba recientemente que había logrado que fuera un 95% efectiva en la prevención de infecciones, incluso en adultos mayores, sin causar problemas de seguridad graves.

Los resultados publicados por The Lancet sobre las investigaciones de Oxford con AstraZeneca describen una fase anterior. No obstante, a largo plazo, es probable que esta vacuna sea más fácil de implementar porque no necesita almacenarse a temperaturas muy bajas.

El Gobierno británico ya ha pedido 100 millones de dosis a la vacuna de Oxford, fabricada por AstraZeneca, frente a los 40 millones de dosis solicitados a Pfizer-BioNTech y cinco millones a Moderna.

El profesor Andrew Pollard, responsable del estudio británico, señaló a la BBC que estaba “absolutamente encantado con los resultados”. El experto recalcó que no había una competencia entre las distintas farmacéuticas, ya que lo importante era dar con una solución. “Lo que necesitamos es poder proteger a todas las personas de todo el mundo”, matizó.

El mayor desafío, sin duda alguna, es conseguir que el cuerpo luche contra el virus sin importar la edad del individuo. Y, en este sentido, el sistema inmunológico de las personas mayores es normalmente más débil en comparación con los jóvenes, por lo que las vacunas tienden a no ser tan efectivas.

De ahí que los resultados publicados por The Lancet sean tan “prometedores”. No obstante, los autores reconocen que su experimento “tiene limitaciones”, ya que las personas más mayores que participaron en el ensayo tenían una media de edad de 73 o 74 años y estaban sanas, lo que no refleja la situación en las residencias de ancianos. Además, añaden, la mayoría de voluntarios de cualquier edad eran blancos y no fumadores, por lo que en la Fase 3 de los ensayos clínicos se extenderán las pruebas a gente de diferentes procedencias.

Según la reputada revista, la Fase 2 de los ensayos llevados a cabo por los investigadores de Oxford permite concluir que el antídoto provoca “pocos efectos secundarios” e “induce una respuesta inmune en ambas partes del sistema inmune en todos los grupos de edad tanto con una dosis baja como estándar”.

De acuerdo con el estudio, la vacuna británica genera una respuesta de las células T (capaces de encontrar y atacar células infectadas por el virus) a los catorce días de la primera dosis, y una respuesta de anticuerpos a los 28 días de la dosis de refuerzo (que atacarían al virus cuando circulase por la sangre o sistema linfático).

En el estudio difundido por The Lancet, 560 adultos (160 de entre 18 y 55 años; 160 de 56 a 59 años y 240 de más de 70) con buena salud recibieron bien la vacuna de Oxford, bien un antídoto de control. Los voluntarios de más de 55 años fueron divididos en dos grupos y recibieron una sola dosis de la vacuna o dos en un periodo de 28 días. Todos fueron observados desde el principio para detectar efectos adversos así como la respuesta inmune.

Los autores señalan que los efectos secundarios de la ChAdOx1 nCoV-19 fueron “leves” (como dolor por la inyección, fatiga, dolor de cabeza, fiebre o dolor muscular) si bien más comunes que con la vacuna de control. Se detectaron trece casos de gravedad en los seis meses desde la primera dosis, pero que no se consideran relacionados con las vacunas.

Los investigadores explican que los efectos secundarios fueron incluso menos comunes en los adultos mayores que en los más jóvenes, y la respuesta inmune fue “similar” en todos los grupos de edad tras la dosis de refuerzo.

La vacuna indujo anticuerpos contra la proteína de punta del coronavirus 28 días después de una primera dosis baja o estándar en todos los grupos de edad. Después de la vacuna de refuerzo, el nivel de anticuerpos aumentó a los 56 días del inicio del experimento, y lo mismo sucedió con los anticuerpos neutralizadores 42 días después. Por su parte, la respuesta de las células T contra la proteína de punta del coronavirus culminó catorce días después de la primera inoculación, al margen de la edad o la dosis.

Los autores apuntan que la Fase 3 de las pruebas clínicas, que está en marcha, debe confirmar estos resultados y determinar “hasta qué punto la vacuna es efectiva para proteger de la infección por SARS-CoV-2” en un grupo más amplio y heterogéneo de personas, que incluya gente de edad avanzada con patologías previas.