Sanidad

Simón presume de gestión pese a que España es el sexto país con mayor tasa de muertes del planeta

Critica la “politización” de la pandemia en una carta en “The Lancet” después de que el ministro no fuera a la inauguración del nuevo hospital de pandemias “por problemas de agenda”

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando SimónDavid FernándezEFE

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) y portavoz áulico del Gobierno en materia de Covid-19, Fernando Simón, está satisfecho de la gestión de la pandemia realizada en España. Así se desprende de la carta que ha publicado en la revista científica “The Lancet”, en la que no sólo defiende esa gestión sino que, además, resalta la capacidad de respuesta ofrecida después de la primera ola. Se da la circunstancia de que nuestro país acumula más de 18.000 muertes por Covid-19 desde agosto, una cifra que se eleva por encima de las 46.000 desde el origen de la crisis, allá por el mes de marzo. Con las cifras oficiales del propio CCAES, nuestro país es el sexto del mundo con mayor número de defunciones en función de su población, sólo por detrás de Bélgica, San Marino, Perú, Italia y Andorra.

Con las cifras de exceso de mortalidad, que el Ministerio de Sanidad no recoge en sus estadísticas oficiales, España se situaría a la cabeza mundial en muertes por millón de habitantes. A pesar de de estos datos demoledores, Simón presume de que en mayo se puso en marcha una estrategia de prueba-rastreo-aislamiento y de que a finales de junio, más de un 80% de los pacientes sospechosos de tener Covid se sometieron a pruebas de PCR en un plazo de 24 a 48 horas y al 90% de los enfermos se les rastreó sus contactos. Aunque no alude a ello, el éxito de esta estrategia no se ha producido hasta la generalización de los test rápidos de antígenos por parte de la Comunidad de Madrid, que apostó por más por ellos que por las PCR a partir de septiembre para cortar rápido la cadena de transmisión del virus, ya que con estas últimas llegaban a transcurrir varios días entre los contagios y la actuación sobre los contactos de los contagiados.

Simón aprovecha su carta para escudarse en lo que él denomina “politización” y en un “desafortunado clima de confrontación”. Según expone, esto ha hecho que la comunicación ante la crisis sea un desafío y “probablemente perjudique los esfuerzos de respuesta”. Como se recordará el Ministerio de Sanidad frenó el pase de fase a Madrid durante la primera ola en base a un informe que se firmó precisamente por la jefa de Simón, la directora general de Salud Pública, Pilar Aparicio, después de comunicar la decisión y decretó el estado de alarma para este territorio en base a unos criterios que improvisó sobre la marcha.

El ministro Salvador Illa tampoco acudió a la inauguración del Hospital de pandemias Isabel Zendal que puso en marcha la comunidad regida por el PP, alegando “problemas de agenda”. No alude a ello en su carta Simón, que sí se detiene en cambio en el hecho de que todos los protocolos se integraron en un plan de respuesta “temprana” adaptado a nivel regional que, según dice, incluye disposiciones para aumentar la vigilancia epidemiológica. A pesar de la lluvia de críticas vertida por numerosas sociedades científicas durante toda esta crisis de salud pública por la falta de interlocución del Gobierno y la ausencia de verdaderos expertos de prestigio en la toma de decisiones fundamentales, Simón asegura que desde Salud Pública hay interlocución con 30 de ellas desde enero, y añade que hay múltiples grupos de trabajo interterritoriales, desde niveles técnicos hasta altamente políticos, que se reúnen al menos una vez por semana.

El director del CCAES admite en la carta como debilidades del sistema sanitario la falta de inversión en la atención primaria, salud pública, digitalización, investigación e innovación, así como los trámites burocráticos y la poca disponibilidad de profesionales capacitados. Además, Simón afirma que en España hay información “amplia y transparente” sobre el seguimiento diario de la epidemia, basado en información “exhaustiva” de casos individuales recibida diariamente a nivel nacional por las comunidades autónomas.

“La evaluación es un componente clave para la mejora del sistema. Por lo tanto, la revisión intra-acción propuesta por la OMS se ha realizado a nivel nacional (informe en desarrollo). Las evaluaciones más amplias (cuyo mandato está en curso) y la investigación epidemiológica pueden aclarar aún más los principales factores que influyen en la progresión de la epidemia y los cambios a corto y largo plazo que son más necesarios”, enfatizan en el artículo.

Finalmente, Simón y su equipo avisan de que en el escenario actual, mantener y fortalecer aún más las capacidades de respuesta son desafíos para todos los actores involucrados. “La participación de la comunidad y la implementación efectiva de medidas de control deben superar la fatiga pandémica”, zanjan.