Educación
“Somos una escuela evangelizadora, inclusiva y de calidad con el alumno como protagonista”
El colegio Cristo Rey de Jaén tiene a sus espaldas más de medio siglo de trayectoria educativa. Para conocer en profundidad cuál es su proyecto, hablamos con su directora, Belén López-Sidro López
¿Cuáles son los orígenes del colegio?
La Institución de las Hijas de Cristo Rey, nacida en 1876, decidió fundar en 1942 un colegio en el casco antiguo de Jaén. El actual centro, ubicado en la avenida Ruiz Jiménez, abrió sus puertas en 1968. Desde entonces, ofrece formación académica, humana y cristiana a varias generaciones. Actualmente, son más de mil los alumnos que llenan sus pasillos y aulas.
¿Qué balance hacen de su trayectoria hasta hoy?
Nos sentimos orgullosos de haber contribuido a la formación de hombres y mujeres que hoy desempeñan un papel fundamental en la sociedad giennense, además de haber despertado en otros muchos el germen cristiano, formando así familias y laicos comprometidos en la Iglesia.
En nuestro centro, procuramos, sobre todo, mirar al futuro y, cada año, crear y afrontar nuevos retos. Por ejemplo, hace siete años iniciábamos un plan de oratoria para todo el colegio y hoy observamos significativos resultados. Entendemos como una enorme responsabilidad preparar a nuestros alumnos para construir un mañana mejor, por ello es fundamental ser conscientes de que deberán continuar aprendiendo nuevas competencias durante toda su vida, que los trabajos no serán tan estables y que surgirán nuevos tipos de organización laboral; de ahí nuestro empeño por ofrecer un bilingüismo de calidad, por invertir en recursos digitales y en aulas que respondan mejor a las nuevas formas de enseñar.
¿Qué cursos se imparten en el centro?
Nos sentimos afortunados de ser un centro que ofrece a las familias de Jaén la posibilidad de que sus hijos completen en él todas las etapas educativas que comprende la vida escolar. Además, disponemos de concierto desde Infantil a Bachillerato.
¿Qué diferencia a Cristo Rey de Jaén de otros colegios?
Al margen de comparaciones, resaltaría lo que considero nuestras fortalezas. Para nosotros es fundamental cuidar el clima del centro y, dentro de este, las relaciones positivas, de unidad y corresponsabilidad entre los educadores. Este ambiente repercute en el buen hacer en el aula y en el vínculo con las familias. Son prácticamente inexistentes los conflictos entre el alumnado.
Por otra parte, somos conscientes de que la diversidad no es un obstáculo sino una forma de enriquecer y formar a mejores personas. Eso lo saben las familias, que no solo buscan conseguir altos resultados académicos. La clave es formar a niños y niñas felices educando desde el amor, haciendo realidad el lema “Cristo reina” como queda recogido en nuestro Pensamiento Educativo.
¿Cómo definiría la identidad del colegio?
Es un centro católico, con el Carisma de José Gras, enriqueciendo a la Iglesia. “El amor enseña a enseñar. El amor ennoblece y perfecciona al profesor y hace buenos a los niños”. Esta máxima de nuestro Fundador preside toda actividad educativo–pastoral del Centro caracterizada por: la amabilidad en el trato, la cercanía, la acogida a todos, la comprensión, la paciencia, el ambiente de familia; sencillez, honradez y coherencia; el compromiso con los más desfavorecidos; transparencia, información, comunicación, escucha y diálogo. En definitiva, una mirada positiva hacia todos, que nos lleve a descubrir en ellos la presencia de Dios.
¿En qué se traduce esa forma de entender la educación en el día a día del colegio Cristo Rey de Jaén?
Desde sus orígenes, este colegio ha entendido la educación desde un doble aspecto: por un lado, como un proceso globalizador que favorezca la formación integral y armónica de la persona; por otro, como un proceso que capacite al alumnado para que pueda desarrollar una acción transformadora de la sociedad con el fin de crear un mundo más justo y más humano. Por ello, se ha estructurado la educación en torno a un Proyecto Educativo cuyos principios pedagógicos generales son: educación personalizada, teniendo en cuenta la propia individualidad; una metodología activa que, partiendo de la experiencia, fomente la iniciativa, la creatividad y la búsqueda personal de valores. Fomentamos el desarrollo intelectual que forme para el discernimiento, las convicciones y la toma de decisiones; un aprendizaje significativo, capacitando para obtener información, saber seleccionarla y organizarla: “aprender a aprender”.
¿Qué papel juegan las familias en el éxito de la escuela?
Escuela y familia deben ir de la mano en la educación, deben compartir el mismo Proyecto Educativo del centro. El trabajo en equipo y la comunicación constante refuerzan nuestra labor educativo–pastoral y le confieren un verdadero sentido que se constata en el crecimiento intelectual, personal y espiritual de cada alumno y alumna.
¿Tiene cabida la innovación en el mundo educativo?
Por supuesto, en nuestro Pensamiento Educativo encontramos una frase de José Gras que nos anima a ello: “Siendo la educación Estrella Polar de la vida, combinamos ejercicios amenos con los didácticos, para hacerla más fácil, útil y agradable”. Hoy, se pretende que la escuela actúe como plataforma que prepara para el futuro académico y profesional de nuestro alumnado, innovando incluso en el ámbito espiritual. En este contexto, el colegio no debe ser fuente de información sino de formación. Por eso apostamos por una innovación con sentido, con un fin claro y un hilo conductor compartido por todos los centros de las Hijas de Cristo Rey: escuela evangelizadora, inclusiva y de calidad; liderazgo creativo y participativo; el alumno como protagonista; educación personalizada; metodologías activas; cultura del pensamiento; evaluación auténtica; nuevos roles en la comunidad educativa.
¿Cuáles son los retos de futuro del centro?
Partiendo de las palabras del Padre José Gras “La educación que esclarece el entendimiento, a la vez que vigoriza y hermosea el corazón, es evidentemente la Educación de las Educaciones”, nuestros retos son dos: En el ámbito académico, detectamos como necesidad trabajar de forma prioritaria, por un lado, la comprensión lectora y la expresión escrita, tan maltratadas por el aumento del uso de las redes sociales; y, por otro, el pensamiento computacional, que permite utilizar conceptos matemáticos e informáticos para organizar y analizar lógicamente la información en la resolución de problemas de la vida cotidiana. El reto humano–espiritual es seguir formando personas íntegras con los valores evangélicos capaces de construir una sociedad del Bien. Desde ahí, cada día, logramos una escuela cada vez más fuerte y viva.
cristoreyjaen.com
“Somos conscientes de que la diversidad no es un obstáculo sino una forma de enriquecer y formar a mejores personas”
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