Estudio del genoma

Las mutaciones del SARS podrían haberse previsto

Científicos de todo el mundo colaboran para generar y compartir la información obtenida al secuenciar el genoma de este virus

Entre el 50 y el 60 por ciento de los enfermos a final de la vida va a necesitar sedación paliativa
Entre el 50 y el 60 por ciento de los enfermos a final de la vida va a necesitar sedación paliativaMiguel ToñaEFE

Analizar los datos de secuenciación del genoma del SARS-CoV-2 ha dado lugar a muchos hallazgos importantes sobre este patógeno, y necesitaremos más datos de secuencia de muestras de todo el mundo para encontrar enfoques efectivos para controlar y prevenir las infecciones por covid.

El SARS-Cov-2 es uno de los miembros del grupo betacoronavirus. El genoma de estos virus está entre los más grandes entre los virus de ARN. Desde que comenzó la pandemia, científicos de todo el mundo colaboran para generar y compartir la información obtenida al secuenciar el genoma de este virus y aplicarla a los esfuerzos de diagnóstico y control de enfermedades. El problema es que no siempre la secuenciación de las variantes se ha hecho con la celeridad o monitorización necesaria.

La falta de secuenciación de las variantes del SARS-CoV-2 por parte de EE UU y otros países está poniendo en peligro la respuesta global a la pandemia de covid, es la afirmación de Dana Crawford, de la Case Western Reserve University, según un estudio publicado en «PLOS Genetics». Muchos países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afirma Crawford, han estado secuenciando variantes del SARS-CoV-2 desde el comienzo de la pandemia y notificando las secuencias a la iniciativa mundial Gisaid que desde hace más de una década brinda acceso libre a datos genómicos de nuevos coronavirus. En este sentido resulta de vital importancia compartir la información de las características del virus con los datos clínicos y epidemiológicos. La secuencia de cada variante, en este sentido, es fundamental ya que permite monitorear la evolución viral, identificar oportunamente aquellos marcadores que potencian una mayor transmisibilidad, los que señalan una mayor gravedad o resistencia a vacunas. De hecho, a medida que avanza la pandemia y la evolución del virus, los datos de secuencia serán cada vez más importantes para comprender la acción de vacunas y antivirales contra el SARS-CoV-2. La vigilancia es esencial para una respuesta rápida y exitosa a los brotes de enfermedades, pero la vigilancia de la salud pública se ha centrado tradicionalmente en el seguimiento del número de casos, hospitalizaciones y muertes.

Hasta la fecha, los avances en la secuenciación del genoma nos han permitido rastrear la variación genética en los virus en evolución con un detalle sin precedentes. Sin embargo, a pesar de la disponibilidad de secuenciación en varios países, la adopción de la genómica como estrategia para vigilar el virus SARS-CoV-2 ha sido lenta, difícil e inconsistente. De acuerdo con Crawford a principios de abril de 2021, EE UU ocupaba el puesto 33 en el mundo en secuenciación del SARS-CoV-2 para la vigilancia de variantes. Esto significa que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) no han priorizado la investigación genómica en cuanto a la salud pública, y este sesgo ha creado un gran vacío en la comprensión de la evolución en tiempo real del SARS-CoV-2.

Según las conclusiones del estudio, los responsables de estas demoras son fondos insuficientes, la falta de un sistema de seguimiento de muestras eficaz y regulaciones estrictas sobre el intercambio de muestras. Aún así, otros países, como China y el Reino Unido, han superado con éxito estos desafíos. Los CDC han destinado recientemente más de 150 millones de euros para mejorar la secuenciación, pero Crawford señala que esta inversión tardía significa que EE UU carece de una base de datos organizada de información de pacientes.

Y esto solo en Estados Unidos, porque la realidad es que son muchos los países que tampoco cuentan con fondos para secuenciar y vigilar la evolución del virus y menos aún para monitorizar y compartir con tiempo cuándo surge una nueva variante… hasta que ya es tarde. La India, la mayor parte del continente africano, Rusia, Brasil y otros países con más de 100 millones de habitantes no pueden afrontar los recursos necesarios para secuenciar la evolución del virus sin desatender la emergencia sanitaria. Es un equilibrio imprescindible, pero realmente complejo.

«El control de la covid» – concluye Crawford– «requiere datos genómicos y de salud pública del patógeno del huésped casi en tiempo real para rastrear cómo ha evolucionado el SARS-CoV-2 y cómo esta evolución afecta la transmisión y la gravedad de la enfermedad. Los esfuerzos de secuenciación del mundo han sido muy pocos y demasiado inconexos, lo que subraya la necesidad de comprometerse con la genómica humana e integrar sus tecnologías en las respuestas de salud pública a las enfermedades infecciosas emergentes».