Opinión

Automedicarse

El 40 por ciento de los españoles reconoce haber tomado medicamentos sin prescripción médica

Una persona se dispone a ingerir unos comprimidos
Una persona se dispone a ingerir unos comprimidosDreamstimeDreamstime

Vivimos en la era del soma del mundo feliz de Aldoux Huxley. No es que el nuestro sea todavía como el que describía el escritor británico, pero al tiempo. El caso es que, en este tiempo de crisis y ansiedades, todo el mundo busca drogas sin efectos secundarios que provoquen cierto bienestar. Como el soma de Huxley. A veces son antidepresivos o ansiolíticos, pero otras son analgésicos, antiinflamatorios, antihistamínicos y hasta antibióticos… Eso sin contar las vitaminas y los remedios naturales a los que tantos usuarios aseguran deber esas mejoras de las que presumen y casi nadie ve. La automedicación es un hecho. Y en ocasiones, medicar al vecino desde «la propia experiencia», también. A veces la cosa resulta inocua; pero otras muchas, los efectos secundarios llegan cuando los «drogodependientes» (sí, las medicinas son drogas y hay quien no se acuesta o se levanta sin tomar alguna cada día de su vida), menos se lo esperan. El 40 por ciento de los españoles reconoce que se automedica, aunque la gran mayoría dice que «no mucho». ¿Cuánto es eso de «no mucho»? En realidad, los que más se medican son los que menos lo cuentan, así que, aunque las estadísticas señalen que lo hacen más los de esta edad o aquella otra o que son más dados a hacerlos mujeres u hombres o en determinados sitios de España, la verdad es que quien más y quien menos tiene un cajón lleno de medicamentos en su casa de los que tira en cuanto tose, estornuda o le duele la tripa, sin pensárselo dos veces e incluso sin mirar la fecha de caducidad. Y casi todos creen que «no pasa nada». Hasta que pasa. Y ese día ya no cabe prevenir, sino lamentar.