México
Describen un parásito sanguíneo que infecta a las aves marinas
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales describen en un estudio una especie de parásito que infecta a aves marinas de la familia Hydrobatidae
Un equipo científico, con participación de investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), ha realizado la caracterización molecular de un parásito sanguíneo del género Hepatozoon. La especie, que infecta a aves marinas de la familia Hydrobatidae, afecta a los glóbulos rojos, algo más propio de infecciones en reptiles, y no a los glóbulos blancos como suele ocurrir en el resto de las aves.
La investigación se ha centrado en averiguar si existían infecciones de parásitos sanguíneos en colonias de Paiño boreal y Paiño negro, Oceanodroma leucorhoa y Oceanodroma melania respectivamente, en México. Las aves marinas, que viven rodeadas de agua salada, no suelen estar parasitadas por estos protozoos, debido a las dificultades de acceso al hábitat con las que se encuentran los insectos que los transmiten. Sin embargo, los han detectado en algunas de los ejemplares estudiados.
"No sabemos realmente desde cuando existe la relación entre ambos. Si la colonización es reciente [en términos evolutivos] puede deberse a la llegada de un insecto que haya trasportado al parásito y que se haya adaptado al nuevo hospedador", explica Santiago Merino investigador y director del MNCN. "El descubrimiento de este parásito abre un abanico de posibilidades de estudio con respecto a las aves que actúan como hospedadores. ¿Qué efectos tiene el parásito? ¿Cómo se adapta a las condiciones de vida de las aves marinas? ¿Cuál es el insecto transmisor de la enfermedad?", continúa.
Trabajos previos utilizando análisis moleculares habían mostrado que los parásitos descritos en aves como Hepatozoon eran en realidad del género de parásitos Lankesterella. Gracias al análisis molecular de un fragmento de 1774 pares de bases del ADN del parásito encontrado en los paiños, los investigadores han descubierto que, en este caso, si se trata del género Hepatozoon por lo que es la primera vez que se confirma, gracias a las técnicas moleculares, la presencia de Hepatozoon en aves.
A pesar de que la fase sanguínea de ambos parásitos, Lankesterella y Hepatozoon, es similar y aparentemente indistinguible, la característica que los investigadores apuntan como diferenciadora es la presencia o ausencia de un cuerpo retráctil (o vacuola). En la especie descrita y en otras de Hepatozoon no hay vacuola, mientras que en las que se ha comprobado que son Lankesterella sí.
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