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Los primeros perros probeta

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Los primeros perros probetalarazon

Logran una camada de cachorros mediante inseminación «in vitro». El avance podrá preservar la biodiversidad de los canes.

Las tecnologías de fecundación «in vitro» se aplican desde hace décadas para la reproducción asistida de individuos de muchas especies, entre ellas la humana. Pero sorprendentemente hasta ahora no se habían puesto en práctica en el mejor amigo del hombre, el perro de compañía. Un equipo de científicos de la Universidad de Cornell ha logrado la primera camada de crías de perro mediante estas técnicas. El logro ha sido descrito en la revista «PLOS One» y abre una interesante vía de actuación para proteger especies caninas en peligro de desaparición.

El trabajo consistió en la transferencia de 19 embriones a hembras receptoras. De ellos, se obtuvieron siete crías perfectamente sanas. Dos de ellos fueron el resultado del cruce entre una hembra de beagle y un macho de cocker spaniel. Los cinco restantes fueron engendrados por madre y padre de la misma raza beagle.

Los intentos de lograr una reproducción in vitro de perros de compañía se vienen realizando sin éxito desde mediados de los años 70 del siglo XX. La técnica requiere fertilizar un óvulo maduro con esperma conservado en laboratorio y generar con ello un embrión viable. Después se transfiere el embrión a la hembra en el momento adecuado de su ciclo reproductivo. En el caso de esta especie animal, el proceso es especialmente complicado. En primer lugar, es necesario extraer las células reproductivas del oviducto de la hembra en un estado adecuado de maduración. Pero el ciclo reproductivo y la evolución de las cánidas es diferente al de otros mamíferos y hace que esta tarea no sea fácil de lograr con éxito. Los investigadores han tardado muchos años en determinar cuál es el momento ideal para acometer la operación.

Otro problema añadido es que en los perros, el tracto genital de las hembra actúa como catalizador del esperma de los machos para que éste sea fértil. Para lograr un embrión viable fuera del ambiente natural de los ovocitos es necesario recrear en laboratorio las condiciones hormonales y químicas del sistema reproductivo canino. Los expertos de Cornell descubrieron que un ambiente rico en magnesio ayudaba a simular esas condiciones y propiciaba el éxito de la inseminación.

Con la mejora de las técnicas de extracción de óvulos y de inseminación «in vitro» se logró mantener una tasas de fecundidad de cerca del 90 por ciento. Es decir, en 9 de cada diez intentos, la fusión de espermatozoides y óvulos derivó en el desarrollo de un embrión. El tercer reto fue lograr una estrategia óptima de congelación de los embriones generados. La preservación en frío de los embriones es fundamental para la reproducción de cánidos. Las hembras suelen encontrarse en condiciones óptimas para parir sólo una o dos veces al año, lo que obliga a generar las células embrionarias y esperar una larga temporada hasta que puedan ser implantadas en los oviductos de la receptora (los equivalentes a las trompas de Falopio humanas). Tras un largo proceso de prueba y error, los investigadores han podido diseñar un protocolo altamente fiable y, después de que se concibiera el primer individuo «in vitro» en 2013, ahora han podido anunciar la primera camada completa de cachorros nacidos de esta técnica.

El avance tiene serias implicaciones para la conservación de algunas especies. Los perros comparten hoy cerca de 350 enfermedades genéticas propias, algunas tienen trazas similares a enfermedades humanas. Pero eso supone una exposición a enfermedades hereditarias que duplica la media de cualquier otra especie animal.

Además, algunas razas se encuentran en franco deterioro por culpa de la mala calidad de los genes que se transmiten de generación en generación. La fertilización «in vitro» permitirá crear bancos de embriones de todas las razas y aplicar sobre ellos técnicas de edición genética que permitan eliminar los genes dañados y sustituirlos por ADN en buenas condiciones. De ese modo se podrá preservar la biodiversidad del mejor amigo del hombre, una diversidad que cada vez es más pobre.