Recupera la visión después de 30 años gracias a un «ojo biónico»

Larry Hester, de 66 años, ha pasado los últimos 30 a oscuras. Cuando tenía 30 años le diagnosticaron rinitis pigmentosa, una enfermedad degenerativa para la que no existía tratamiento y que le hizo perder la visión.

El pasado 1 de octubre fue citado a la consulta del oftalmólogo del Duke Eye Centre. Cuando entró en la habitación, se sentó en una silla visiblemente nervioso. Las luces se apagaron y Larry mantuvo su mirada al frente. Paul Hahn, cirujano de la retina del Centro Oftalmológico de Duke, inició una cuenta atrás: 3, 2, 1... y apretó el botón que activó el ojo biónico recién implantado.

Hester sobresaltó. “¡Sí!”, Dijo, al ver una luz. “Oh Dios mío. ¡Sí!”, continuó con una amplia sonrisa en su rostro. Su mujer corrió hacia él para abrazarle y darle un beso.

Hester es la séptima persona en Estados Unidos a la que han implantado un ojo biónico, el Argus II Retinal Prótesis, que captar las señales de luz enviados desde una cámara montada en unas gafas especiales. Hahn le implantó el sensor el 10 de septiembre y activó el dispositivo tres semanas más tarde. “¿Puedo darle un beso?” Su esposa, Jerry Hester, exclamó después de que su marido dijo que veía luces.

Hahn advirtió que el dispositivo no va a restaurar la visión normal, sino que proporcionan una ayuda visual que podría ayudar a Hester distinguir una puerta de una pared, o un paso de peatones en una carretera. Hester ve destellos de luz que son más intensos cuando apunta la cámara hacia las luces u objetos de color claro.

Durante una visita a la clínica el pasado, Hester dijo “ver” lugares que había creído durante mucho tiempo fueron los recuerdos del pasado: un pato blanco en un estanque, la luna o los crisantemos amarillos de su esposa.

Para Hester, la mejor sensación fue poder ver un partido de fútbol, un sueño que pudo cumplir el pasado domingo. Comienza ahora un proceso de aprendizaje para el paciente, que tiene que aprender a discernir formas y objetos a partir de los destellos generados por el dispositivo. Dijo que está dispuesto a proporcionar a los investigadores información que pueden utilizar para mejorar la tecnología, por lo que la próxima generación de los pacientes se beneficiarán de su esfuerzo pionero. “Me pregunto cómo he tenido tanta suerte”, dijo. “¿Por qué yo? Quiero usarlo y aprender para ayudar a otras personas con rinitis pigmentosa”.